Vecinos preocupados por amenazas y comercio sexual
Indican que hay un rebrote de la prostitución y burlas de grueso calibre hacia ellos
l Eleazar Salinas Granados
"El comercio sexual ha vuelta a nuestro barrio y de peor forma que antes. De verdad ahora son más los y las trabajadoras sexuales que se pasean por las noches por nuestras casas y nadie hace nada", cuenta una de las vecinas del barrio Simón Bolívar, lugar en donde prolifera la prostitución.
La vecina indica que, a pesar de existir una ordenanza municipal que regula el comercio sexual, ésta no es respetada ni se hace cumplir por carabineros, lo que ha conllevado a burlas de grueso calibre por parte de quienes ofrecen sexo en el lugar.
"Yo paso en la mañana a las siete, y todavía están y me gritan cosas. En las noches cuando llego también y tengo hijos de cinco y seis años que me preguntan qué significan esos garabatos y no tengo como responderles", expresó la vecina.
Otra de las habitantes del sector, también alzó la voz, debido a lo vulnerada que se siente en el barrio que la vio nacer. "De verdad no tienes seguridad. Hay cafiches que andan con las prostitutas, esperando para asaltar a los que caminan y buscan a una de las chiquillas. Además que hacen mucho escándalo en las noches y no nos dejan dormir", indicó.
Y agregó que "ya no sabemos qué hacer. Está la ordenanza y pasa carabineros y pasa la PDI y nadie hace nada. De verdad, entonces para qué nos esforzamos pidiendo cosas que no sirven para nada. Solo un mes resultó y ahora es como si nada hubiese pasado. De verdad estoy decepcionada de las autoridades".
A la vez, los vecinos reunidos escribieron una carta en la que indican que está la herramienta municipal para que se combata la prostitución, pero que no ha sido efectivo.
"¿45 prostitutas doblan la mano a la autoridad? ¿Para qué nos reunimos tantas veces con las autoridades? Las autoridades están en deuda con los vecinos, ya que son demasiados los años soportando esto frente a nuestras casas", indica la carta que firmaron los residentes del sector. J
l Todos los vecinos coinciden que un grupo de trabajadoras sexuales los amenaza si es que recurren a las policías a reclamar esta situación.
Les han dicho de todo, rayado el frontis de las casas y hasta agredirlas, además de reírse de ellos cuando transitan de noche por el sector.