El servicio de los taxis colectivos en Iquique debe ser uno de los temas más recurrentes en las redes sociales de Tarapacá. Ello por cuanto el año 2013 incluso hubo un intento por realizar un día sin tomar colectivo, en protesta por un servicio que no parece satisfacer la real necesidad de transporte de los pasajeros.
En estos momentos el gremio exige el pago de un bono compensatorio por las pérdidas ocasionadas por el terremoto del pasado 1 de abril, sin embargo, el Gobierno Regional anunció que no hay espacio para este aporte económico, lo que ha desatado el malestar de varios conductores.
Pero más allá de considerar esta demanda como justa o injusta, lo cierto es que este mecanismo de transporte requiere una revisión profunda, de manera que se apliquen medidas que permitan dar respuesta a las necesidades de una ciudad que presenta una importante expansión y que claramente enfrenta graves problemas de tránsito.
Hace largos años la discusión se ha centrado en la posibilidad de definir recorridos establecidos, tal como ocurre en la mayoría de las ciudades del país y, de esa forma, ordenar un sistema que en aquel aspecto opera sin mayor regulación, lo que termina provocando enfrentamientos entre taxistas y usuarios.
En ese sentido, es indispensable generar una agenda de trabajo que facilite los entendimientos y promueva soluciones concretas y efectivas. Para que ello sea posible se requiere una amplia voluntad de todos los sectores involucrados, toda vez que el transporte es una actividad insustituible para el desarrollo de todas las actividades.
Otro factor a considerar se relaciona con el servicio que ofrecen los taxis colectivos. Si bien muchos dueños y conductores se esmeran por mejorar la calidad, existen otros que parecen no involucrarse con un adecuado servicio al pasajero, lo que en definitiva hace pagar a justos por pecadores.
La discusión es profunda y seguramente extensa, aunque es evidente que el estado actual del problema no da para más y exige cambios y mejoras urgentes.