Comprendo y entiendo perfectamente el reclamo de los vecinos contra los locales de calle Baquedano y a la vez me sumo con la misma inquietud esta vez en contra de los locales de Av. Playa Brava, frente al servicentro, cuyos propietarios o trabajadores sacan su basura en horas y días que no corresponden generando contaminación y un deplorable aspecto contribuyendo a la imagen de ciudad 'sucia' que nos caracteriza.

Discrepo de que solo se puede actuar si se sorprende al infractor en el mismo momento, pues generalmente en la propia basura se puede encontrar restos que identifiquen a quien la dejo en ese lugar, cuales son los recursos que se necesitan : un par de guantes quirúrgicos o de latex y voluntad de fiscalizar. Ahora si realmente queremos eliminar el problema de raíz basta que cuando los inspectores acudan a estos locales soliciten el comprobante o contrato con la empresa que le retira sus residuos, servicio que estos locales deben tener en carácter de obligatorio de acuerdo a la ordenanza municipal 429 que clasifica que estos residuos por su tipo y cantidad no son domiciliarios sino comerciales y cuya eliminación, tal como lo dice la ordenanza, es a cuenta del propio generador. Si realmente queremos una ciudad limpia hagamos que lo que está escrito se cumpla.

Guillermo Zúñiga

No es poco común encontrar un diálogo de sordos respecto a la actual coyuntura política del país.

Lo que nos demuestra la historia es que las ideas y principalmente el acuerdo se logran a través de un dialogo respetuoso, pacífico y sin imposiciones.

El valor de las ideas no pasa tan solo por manifestarlas, evidentemente conlleva un alto grado de tolerancia y también de síntesis para entregarlas, sino de los buenos argumentos y la concepción de mundo que se tiene respecto a la sociedad.

Esto no requiere 'quema de banderas o piedrazos', al contrario su requisito esencial es la paz y el omitir en forma absoluta el uso de violencia, es el respeto absoluto a las personas y por ende el ejercicio pleno de la libertad.

Cuando en la agenda pública comienzan descalificaciones en el discurso, sin importar el lado o color político, podemos ver señales de un ánimo crispado que al fin y al cabo perjudica a toda la sociedad.

Quienes queremos un Chile más próspero y en paz no podemos estar indiferentes a esta situación.

La batalla de las ideas se gana con argumentos.

Francisco Sánchez

Fundación para el Progreso