juventud exiliada en Alemania
La vida de una familia exiliada en los años de dictadura militar es lo que se ve reflejado en el libro 'Un exilio para mí. Cartas y memorias del exilio chileno', escrito por Leonor Quinteros, ex directora regional de Sernam.
Basado en los diarios de vida de Leonor, desde que tenía 9 años hasta su adolescencia, complementado con cartas que se enviaban sus padres con sus abuelos, se refleja la vida de una familia iquiqueña que tuvo que dejar el país y vivir en Alemania por muchos años.
'Yo viví 10 años en Alemania, nos fuimos al exilio el año 75' con mis papás y regresamos el año 85'. Cuando llegué a Chile, me sorprendí mucho de escuchar a la gente decir que en el exilio se pasaba muy bien, de que era una experiencia buena y se viaja mucho', comentó Leonor.
Pero la historia es distinta, ya que el estar alejados de su país, no poder estar con su familia cuando uno de ellos fallece, entre otras cosas, son parte de los temas que la escritora cuenta en su obra literaria.
Leonor, desde niña escribió en diarios de vida, y al encontrar esos recuerdos, se percató que eran testimonios que podían usarse para contar a través de un libro la experiencia del exilio. 'Yo desde los 9 años escribí diarios de vida, contando mi vida en Alemania, y después de un tiempo los encontré y me di cuenta que eran testimonios, era la historia nuestra en el exilio, entonces usé trozos de los diarios de vida y los combiné con las cartas que mis papás se escribían con mis abuelos', contó.
Fue así que Leonor armó la historia familiar en el exilio, el golpe que causó en la familia cuando partieron y el impacto que causó a sus abuelos.
'Es mostrar un testimonio que da fe, que da cuenta de una realidad que existió y que le pasó a miles de chilenos y chilenas', añadió la escritora.
El padre de Leonor, Heraldo Quinteros, fue pampino y candidato a alcalde. 'Yo leía las cartas que se escribían y sentía toda la nostalgia y la melancolía por Iquique desde el exilio, entonces es una historia cercana a nosotros como iquiqueños, de los que se tuvieron que ir a la fuerza y desarraigarse', dijo.
La portada del libro tiene un significado familiar, donde muestra un dibujo hecho por el papá de Leonor junto a unos dibujos hechos por ella cuando tenía 9 años.
'Mi papá estuvo junto con Freddy Taberna, condenado a muerte, de alguna manera se salvó pero no está claro hasta ahora el cómo. Luego en vez de condenarlo, lo mandaron a exilio y cuando supimos que nos íbamos a ir, mi papá me hace este dibujo del avión para mi cumpleaños, donde salimos los 3. Eso lo pegué junto con mi dibujo en el diario de vida y le escribí una reseña en alemán', confesó Quinteros.
Para Leonor, la decisión de tomar estos testimonios, los cuales eran crudos, y desnudar de alguna manera la vida privada de su familia, fue difícil, pero aclaró que lo hizo como un deseo de aportar en algo.
'Es como un ideal para que no existan más historias como estas, que no hayan más niños refugiados, que no haya más exilio y que la gente no se tenga que ver obligada a irse de su país por problemas económicos o políticos. Que los Estados se preocupen de eso', explicó.
Pero eso no es todo, por que Leonor tomó la decisión de donar su parte de la venta de los libros a una escuela de niños de El Colorado.
'Esto tiene que ver con dignidad, con el ser humano, que yo decidí donar mi parte a la escuela popular Luchín, lo que me corresponde a mi por derecho de autor va a ser donado a la escuela popular que está en El Colorado', finalizó. J