Infraestructura necesaria
Son 50 mil personas las que llegan todos los años hasta el pueblo de Tarapacá para celebrar a San Lorenzo. El santo reconocido entre sus fieles por la realización de grandes milagros, quizás en las últimas décadas ha realizado uno en particular, que muchos no notaron.
El pequeño poblado ubicado a 102 kilómetros al noreste de Iquique, se repleta de peregrinos, y como dicen por ahí, sólo un milagro ha impedido que el colapso en la noche del 9 de agosto provoque una desgracia.
En 2005 el terremoto del 13 de junio provocó graves problemas, durante la fiesta de San Andrés en varios pueblos del interior, algo similar en Tarapacá sería un verdadero caos y provocaría la muerte de muchas personas.
La capacidad territorial del lugar y que sólo cuenta con un acceso principal, de seis kilómetros y otro camino a Pachica que puede tornarse más peligroso, hacen que esta fiesta cada vez sea más peligrosa para quienes asisten.
Si bien los fieles confían en el 'Lolo' y su protección, es necesario que las autoridades hagan un esfuerzo mayor a lo hecho hasta ahora con soluciones parche y de contingencia, que sólo buscan aminorar el colapso, pero que no eliminan el problema.
La madrugada de ayer muchos fieles no podían bajar desde Tarapacá, o tuvieron que pasar varias vicisitudes para lograrlo. Un accidente que tiene a un hombre con muerte cerebral, son una muestra del estrés de los conductores que buscan llegar rápidamente a Iquique tras perder horas tratando de salir del pueblo.
Es necesario un proyecto de infraestructura que mejore radicalmente el acceso al poblado. Una obra de ingeniería que permita tener un ingreso expedito y una salida, que en caso de una catástrofe evite consecuencias mayores.
La fiesta crece cada año, muchos jóvenes se suman a la fe y familias completas llegan en carpas al pueblo. Otros que van por la noche de víspera son los más complicados, ya que deben llegar a Iquique y si bien el camino está en buenas condiciones, el cansancio puede jugar una mala pasada a los conductores.
Si bien las obras viales deben tener rentabilidad social durante todo el año, cuando la vida de las personas está en riesgo, este factor no debería ser el determinante. Además estas mejoras en los accesos permitirían a su vez mejorar proyectos turísticos, como el agroturismo, etnoturismo o la ruta de la Guerra del Pacífico, que tiene en Tarapacá uno de sus principales hitos.