El pueblo reunido en Limaxiña celebró a Jesús El Salvador
Para los tarapaqueños agosto es de San Lorenzo, sin embargo para los oriundos de Limaxiña este mes lo dedican a Jesús El Salvador.
Más de 300 personas, entre los pocos que quedan en el pueblo, más los habitantes de Sibaya, Limaxiña y las familias que emigraron se reúnen cada 6 de agosto para celebrar en una fiesta, que este año contó con una iglesia restaurada, tras los daños provocados por el terremoto de 2005.
En esta oportunidad Fermín Taucare (62), fue el alférez o el encargado de la fiesta, de pagar la comida y la bebida y preocuparse de que todo saliera bien. Fueron cuatro días, donde Limaxiña se volvió a repoblar, 'Hay que celebrar como corresponde en la fiesta del pueblo', comentó a la salida de la iglesia, mientras se preparaba para lo que venía.
La alegría era total, el día 6 El Salvador salió en procesión por el pueblo, luego de la misa oficiada por el sacerdote de origen belga, Paulo Dierckx.
'Este año se celebra con más ganas, cuentan con una iglesia renovada, el piso es nuevo y todas las bancas fueron regaladas a la iglesia por parte de la comunidad y si bien la mayoría ha emigrado a Iquique, esta fiesta los reúne a todos', explicó el sacerdote.
La celebración también incluyó el baile de la cueca nortina en una ronda que hacen todos sus habitantes e hijos del pueblo, al son de los Lakitas de Limaxiña, que con las tradicionales tonadas, acompañan a quienes bajan por las empinadas calles del poblado.
Tras ello el almuerzo la comida y la bebida la ofrece el alférez, en el llamado parabien y posteriormente se saludan a los que ya no están en una ceremonia en el cementerio.
Sara Morales (66) explicó que la fiesta dura cuatro días, 'Acá viven cerca de 20 familias, pero para esta fiesta llegan todos, es muy bonito'.
Don Wenceslao Vidal, es de Sibaya, pero también estuvo presente en la celebración , 'estas fiestas son para el reencuentro familiar, yo he participado siempre y algunas me ha tocado como alférez'.
Una historia particular es la de don Martín Pavez Moscoso, que a sus 91 años ya perdió la cuenta de los nietos que tiene, eso si, goza de una gran salud que aún le permiten seguir la procesión, 'yo no me he perdido ninguna fiesta', comentó con orgullo. J