Si bien se reconoce y hasta se crean perfiles de los delincuentes que asaltan a los alumnos de distintos colegios, municipalizados, subvencionados-particulares y particulares, ellos no hacen distinción ni miden las consecuencias de sus actos. De hecho no miden la brutalidad y agresividad con que actúan, no consideran el daño que propician para cometer sus delitos, ni siquiera demuestran algo de humanidad. Que lamentable la situación acontecida en el Colegio Humberstone, donde profesores y alumnos se debieron arriesgar para ayudar al prójimo y lograr la captura de estos antisociales, pero más lamentable aún que no es primera vez que suceden estas situaciones y ahora que se logró identificar los malhechores queden libres y devuelta a rondar por el mismo colegio donde fueron detenidos, creo que esta vez es en busca de venganza y si cuando actúan para apropiarse de las cosas de los demás son agresivos imaginen como van a actuar con venganza en los ojos. Ayer miércoles 13 de agosto en la tarde se identificó a uno de ellos y cuando se vio que fue identificado se sacó la chaqueta dejándola botada.
Como puede ser posible que a estos delincuentes les tengan buena fe, y uno de ellos fuera entregado a un adulto responsable, cuando muchas veces esos mismos adultos son otros delincuentes y los instan a seguir delinquiendo y a buscar venganza. Cuántas veces hemos visto, cuando alguien actúa en defensa propia y agreden al agresor y esta persona que se defiende es denunciada y tratada como un delincuente y recibe las constantes amenazas de la familia de los agresores.
No puedo imaginar hasta duende llegaremos, los excesos y abusos de alcohol y drogas llevan a estas persona a actuar de esa manera. Busquemos la raíz y tratemos de solucionarlo, porque al hacer vista gorda en estas situaciones nos llevan a lamentar como se desencadenan.
Para finalizar, sólo decir que estos delincuentes ya están en libertad, al menos 1 más el que escapó y andan dando vuelta por el Colegio Humberstone, buscando su nueva víctima o buscando a los que ayudaron a capturarlos y vengarse de ellos.
Un apoderado preocupado.
César Rojas