Medicina originaria gana espacio en servicios de salud
Con el objetivo de continuar con las tradiciones ancestrales de la región, distintos exponentes de la cultura aymara dedican su vida a prevalecer sus costumbres y ritos.
Es así como la medicina aymara cumple un rol fundamental en quienes padecen enfermedades o que, simplemente, ven como una opción viable este tipo de tratamientos que recurren a las usanzas milenarias que aprendieron.
Tal es el caso de Gregorio Coñajagua, quien trabaja como médico andino hace más de cuarenta años.
Desde Camiña, el hombre de 61 años efectúa curaciones naturales, luego de padecer una enfermedad que no tuvo una pronta solución.
'Un caballero me hizo tratamiento, me dejo 'tiki taka'; después de eso comencé a aprender y quedé impresionado porque había encontrado mi vocación como colliri (curandero)', relató Coñajagua, quien además comentó que aprendió diversas técnicas sobre curaciones externas con médicos bolivianos, peruanos y ecuatorianos.
El yatiri también aseguró que es fundamental trabajar en la cosmovisión andina para que las futuras generaciones continúen con el legado de sus ancestros.
'Estoy disponible para enseñarle a los jóvenes a preservar la medicina andina, ya que lo importante es la salud y yo no tengo distinción', acotó.
Sobre la cantidad de pacientes que atiende al mes, Coñajagua, quien también es paramédico de profesión, calcula que son cerca de cincuenta personas que asisten a su consulta en los distintos consultorios de la región principalmente por lumbago, accidentes de tránsito (donde hubo lesión en los huesos), empacho de guaguas y todo tipo de personas que quedan hinchadas después de comer.
'Esto se da en el colon y para curar el dolor es bueno dar boldo o poposa, cualquiera de esas hierbas regula el estómago; en tanto, la cola de caballo es un desinflamatorio, ataca las enfermedades internas, hemorragias y es cicatrizante'.
Otra de las prácticas aymaras que aplican en la región es el tradicional parto andino que realizan en el Hospital Doctor Ernesto Torres Galdames de Iquique.
Sobre esto, Rosa Quispe, referente técnico del programa Salud y Pueblos Indígenas del Servicio de Salud, explica que la diferencia con un parto normal radica en la forma de tener al bebé.
'Nuestros ancestros nos enseñaron que la mujer debe ponerse de cuclillas, y no de forma horizontal como lo hacen todos; sentarse en un banquillo y comenzar a pujar; esto puede demorar un día y medio, ya que lo importante es no intervenir y esperarla a ella', precisó Quispe, quien además cultiva una pasión por el canto y la enseñanza aymara.
'Quiero que nuestra cultura prevalezca en el tiempo, que esté a la altura de otras culturas para que no nos miren en menos; para eso trabajo y porque tengo un compromiso con mi gente', confidenció la oriunda de La Huayca, poblado ubicado a 87 kilómetros al sureste de Iquique. J