Baches en las calles
Son tantos los hoyos en las calles que bien las autoridades podrían premiar a quien tenga información sobre alguno que no conozcan. La situación es molesta para los automovilistas y genera inseguridad en los desplazamientos.
Son tantos los hoyos en las calles que bien las autoridades podrían premiar a quien tenga información sobre alguno que no conozcan. La situación es molesta para los automovilistas y genera inseguridad en los desplazamientos.
En las ferias que están debajo del Terminal Agropecuario los comerciantes aseguran deben poner más de dos candados a sus negocios. Ello para evitar que los delincuentes les saquen sus mercaderías. La situación no es aislada.
El atentado explosivo en la comuna de Las Condes marca un grave antecedente respecto al accionar de los grupos violentistas que operan en nuestro país.
Lo de ayer es, sin duda alguna, una grave señal que demanda -además de la máxima rigurosidad de la ley- un profundo análisis del Estado, sobre todo considerando que nos enfrentamos ante un hecho que el mismo gobierno define como terrorista, toda vez que se trata de un ataque perpetrado a plena luz del día, en un lugar ampliamente concurrido y con el claro afán de provocar daño a personas inocentes.
Desafortunadamente, nos enfrentamos a la existencia de grupos que, aunque minoritarios, utilizan la violencia como herramienta para expresar su descontento social y que poco tienen que ver con delincuentes habituales. En ese sentido, es indispensable que la autoridad dote a las policías de todos los mecanismos técnicos y humanos para dar con los responsables de estas acciones y que la justicia aplique las sanciones que correspondan.
El terrorismo, cualquiera sea su forma o su origen, socava gravemente el estado de derecho y la democracia, por lo que debe ser perseguido con la mayor severidad y repudiado de forma transversal por todos los sectores sociales.
Situaciones como las de ayer demuestran la necesidad de potenciar los acuerdos en materia de seguridad ciudadana, anteponiendo a cualquier discurso político el interés de una población que desea vivir en paz y con garantías de un correcto orden público.
Pese a ciertos hechos aislados, nuestro país ha dado muestras de seguridad, lo que nos ha permitido obtener un amplio respeto a nivel internacional. Por ello y por la tranquilidad de todos los chilenos, las autoridades deben actuar con la máxima celeridad para que los responsables no queden impunes y protegidos por el anonimato.
Los hechos ocurridos ayer en un subcentro de la estación Escuela Militar del Metro de Santiago, dan cuenta de una decena de personas heridas. Eso ya es suficiente para exigir medidas concretas.
Cada cierto tiempo sorprende la intolerancia con que iquiqueños actúan contra extranjeros. Falta actuar más como el buen samaritano, en vez de atacar u ofender. Iquique históricamente es ciudad de migrantes.