Las autoridades a cargo de la reconstrucción aseguran que ésta presenta un avance de un 20 por ciento desde que se registraron los terremotos de abril de este año.

Lo concreto es que existe un plan de reconstrucción anunciado por la Presidenta Bachelet que considera un financiamiento hasta el 2018 por 181 mil millones de pesos.

De acuerdo a lo informado por el delegado presidencial para la reconstrucción se superó la primera etapa de la emergencia, donde las familias afectadas lograron una solución transitoria que llega al 90 por ciento y el de la reconstrucción que alcanza al 20%.

Se ponen como aspectos destacados el trabajo con los damnificados, los alojamientos y campamentos que se dispusieron y los planes para reconstruir viviendas dañadas, en especial lo concerniente en Iquique al condominio Las Dunas. Se valora la aplicación -con ayuda del sector privado- de soluciones habitacionales de emergencia de dos pisos y 30 metros cuadrados, así como la entrega de subsidios de arriendo y más de 3 mil soluciones entregadas a los afectados.

También se está trabajando en la mejoría del acceso de la ruta A 16 y las alternativas para paliar los tacos que afectan esta vía y cuyo compromiso presidencial es entregarla en diciembre terminada.

De acuerdo al cronograma del proceso de reconstrucción este año se usarán 25 mil millones en el proceso de reconstrucción, el 2015 serán 54 mil millones de pesos y así se incrementará hasta llegar a fines del período presidencial a los 181 mil millones comprometidos.

Las expectativas de la comunidad de Tarapacá son altas para que el proceso avance. También que las autoridades muestren un trabajo coordinado, pues a ratos para la comunidad parece difuso y por lo que es necesario que estén comunicando los avances y los parlamentarios de la zona fiscalicen el cumplimiento de metas.

Habrá que ver si el anunciado Consejo de la Reconstrucción servirá para el objetivo de fiscalización y no se torne un ente burocrático sin atribuciones. La región espera que los anuncios presidenciales se materialicen.

Mientras los medios de comunicación hablan de poner un plazo para el fin de las ganancias en las Isapres; de cárcel para los sostenedores que lucren en educación; de la anulación del juicio al imputados del caso bombas; además de la complicidad de las empresas avícolas, entre ciento de noticias más, se hace innegable que la ética es un concepto transversal en nuestras vidas, aunque para muchos demasiado sobreexpuesto.

De acuerdo a Fernando Savater, escritor y filósofo español, quien nos entrega la definición más clara de ética este término implica resolver algo en función que sea bueno o malo para los demás, desde las cosas más pequeñas a las grandes decisiones. No obstante muchas veces el quehacer ético queda más en las palabras que en los hechos, pues una cosa es saber qué debemos hacer y otra más difícil es hacerlo.

Es en este marco que las universidades y, específicamente, nuestra casa de estudios cumple un papel preponderante, al ser el lugar donde los estudiantes aprenden un conjunto de conocimientos, al igual que sus valores profesionales y ciudadanos; además, a través de un comité ético científico junto a investigadores, las universidades se abocan a difundir ciencias, a sembrar el entendimiento crítico con poder de discernir, de reconocer, de descubrir la verdad.

En tanto, en vinculación con el medio, como universidad estatal y regional, a través de la responsabilidad social universitaria, acercamos a la vida de niños, adultos y tercera edad, la ciencia, el arte y el deporte.

Porque ser universidad, exige proactividad y capacidad de aportar con inteligencia, no solamente generando saber, sino también transmitiendo y proyectando en la labor que cumplen cada uno de quienes integran la comunidad universitaria, la ética como una acción palpable para todos quienes formar parte de la sociedad.