Joven transexual agredida prometió no volver a la calle
"Arriesgué mi vida por nada", concluye Sherry Campusano y con su mirada vivaz recorre la habitación de hospital en la que deberá permanecer no sabe por cuantos meses.
Fueron semanas difíciles para la joven transgénero de 21 años, que después de dos meses internada en el instituto de Neurocirugía en Santiago, volvió a Iquique con bastantes mejorías, en comparación al vulnerable estado de salud en que quedó el pasado 23 de agosto, cuando fue atropellada.
"En seis meses más recién podré apoyar el pie", cuenta. Hace pocos días que volvió a sentir los dedos del pie derecho, luego de la operación a su pierna, columna y cadera, que la salvaron de la invalidez.
"En las tres intervenciones me fue bien, ahora muevo mis piecitos y estoy en terapia con kinesiólogo", relató.
Milagro
"Es un milagro que esté viva", dice su hermana mayor Evelyn Meneses, quien la mira desde un costado de la camilla donde Sherry permanece postrada.
En el primer piso de la unidad de Neurocirugía del Hospital Regional de Iquique, Sherry recibió a sus familiares y amigos que hicieron fila para reencontrarse con ella luego del atropello.
"Los primeros días estuve muy mal psicológicamente. Yo lo veía en todas partes, imaginaba su cara en el hospital", relató Sherry haciendo alusión a su agresor, quien según ella se trató del ex cabo de la Fach, que la atropelló en dos ocasiones la madrugada del pasado 23 de agosto.
Nueva Vida
Con un delicado estado de salud, moretones y cicatrices en su piel, Sherry Campusano asegura que está en una nueva vida.
"Quiero comenzar de cero, estudiar peluquería, y pagarme mis cursos. Esto fue una experiencia de vida para yo no volver a hacer lo mismo".
Relató que no trabajó mucho tiempo en la calle, y que no lo hacía por necesidad.
"Fue algo de cabra chica, de loca, de influencia de las amigas que me decían, "vamos a trabajar, ganas plata y nos entretenemos", pero no alcancé a trabajar un año en eso. Ahora mi sueño es tener una peluquería en mi casa, y aprender". J