Encuentran culpable de abusos a cura O'Rilley
"Que sea lo que Dios quiera", dijo el sacerdote John O'Reilly antes de entrar a la audiencia judicial en que se decidiría su futuro. Más allá de la intervención divina, el tercer tribunal oral en lo penal acreditó que el cura abusó sexualmente de una niña de forma reiterada entre 2010 y 2012, cuando cursaba prekinder y kinder en el Colegio Cumbres Femenino.
Sin embargo, también absolvió por unanimidad al Legionario de Cristo de origen irlandés de haber cometido el mismo delito contra la hermana mayor de la víctima, como denunciaba la familia y el Ministerio Público que ocurrió entre 2007 y 2009.
El delito lo expone a una pena de 10 años y un día de cárcel, aunque su defensa expuso atenuantes para rebajarlo a 3 años en libertad. La condena se leerá el 11 de noviembre.
Con el voto en contra de María Teresa Barrientos, el tribunal concordó en que Reilly -su verdadero apellido- la atacaba los miércoles y viernes en su oficina del colegio, uno de los más exclusivos de Santiago.
Según la pequeña y personas vinculadas al establecimiento, el cura la sacaba de clases esos días y la llevaba a sus dependencias, donde cerraba la puerta y las cortinas.
Los magistrados dijeron que los peritos que analizaron el caso le dieron total veracidad al relato. La niña aseguró que el sacerdote "era su mejor amigo" y que había inventado un juego, que consistía en ponerse mutuamente dulces debajo de los pantalones. La menor dijo que el padre le regalaba Frugelés y que se los ponía en la "parte donde se hace pipí y popó".
La madre, una sicóloga y la asesora doméstica que trabajaba con la familia afirman que hasta los hechos la menor era alegre, lo que cambió radicalmente luego. La niña testimonió que los abusos se produjeron "hartas veces" y que no sabía si las dos secretarias que estaban en la oficina contigua a la de O'Reilly veían lo que sucedía.
Un perito externo que evaluó los exámenes sicológicos a los que fue sometida en la investigación afirmó que "era imposible" que la menor se confundiera con el autor o la ocurrencia de los hechos. También descartó que su declaración fuera inducida, como insistió la defensa. J