Hace unos meses atrás recibimos la noticia de que uno de los nuestros había sido elegido Premio Nacional de Historia, alegró a los habitantes de la Región de Tarapacá, y la gran cobertura mediática local, nacional e internacional alcanzada por el renombrado investigador y académico Dr. Sergio González Miranda, sorprendió a muchos no acostumbrados a recibir tanta atención del centro del país, del extranjero y también de sus autoridades.

De esta manera su nombre se sumó a los de Mabel Condemarín, Lautaro Núñez y Oscar Hahn, otros iquiqueños que alcanzaron también el honor de ser premios nacionales. Pero, ¿Qué es lo que hoy implica ser uno de ellos?, ¿Cuáles son las atribuciones que una distinción como esta le confiere a este selecto grupo de elegidos?. Para muchos los elementos fundamentales que conlleva este merecimiento son la fama y el reconocimiento del mundo científico. No obstante, tal vez el más importante de ellos sea la responsabilidad que cae sobre los hombros de estos hombres y mujeres de ser artífices de un cambio que genere transformaciones dentro de su entorno mediato, haciendo accesible el saber y motivando a los jóvenes talentos, haciéndoles entender como ha mencionado ya innumerables veces el Dr. González que "Se puede hacer ciencia y generar conocimiento de calidad desde las regiones ".

Esta simple frase les ha abierto el mundo a cientos de estudiantes de enseñanza preescolar, básica y media en todo el país quienes han tenido el honor de contar con la presencia en charlas y conferencias de diversa complejidad y temáticas del profesor.

Es que para estos estudiosos el saber se comparte y adquiere un doble valor al entregarlos a otros que podrán enriquecerlo, y mientras algunos se preguntarán ¿Les habrá cambiado la vida al recibir tan merecido reconocimiento?, lo cierto es que en algunos años sus mayores logros estarán vivos en niños y jóvenes amantes de la ciencia a los que ayudó a entender, con sencillez y grandeza, que los sueños se pueden alcanzar.

Asiete meses de los dos terremotos que afectaron a Tarapacá, la ciudad y los cementerios se preparan para recibir en masa a los deudos en el Día de Todos los Santos.

En los camposantos municipales de Iquique esperan que diariamente lleguen miles de personas y ya tienen todo preparado para este fin de semana, fecha en la que reciben el mayor número de deudos durante todo el año.

Un punto aparte en estos preparativos es el Cementerio 1, con lujosos mausoleos construidos por familias aristocráticas del Perú, y que habitaban en nuestra ciudad, otras chilenas vinculadas a la industria del salitre, además de las colonias chinas, española, yugoslava, italiana, inglesa. El recinto sufrió la destrucción de un gran porcentaje de estos a causa de los sismos, la mayoría en sus detalles y otros con fallas estructurales.

Si bien varias familias y asociaciones ya están haciendo arreglos y otros ya los tienen listo para este 1 de noviembre, muchas personas, que incluso no están en la ciudad, no han aparecido.

La administración del cementerio se encuentra buscándolos, pero un obstáculo es que muchas familias no cuentan con los mismos recursos de sus antepasados cuando se erigieron estas distintivas obras que surgen en el apogeo del salitre. Cabe consignar que se trata de mausoleos que usaron mármol procedente de Italia en su confección.

Por otra parte, el Consejo de Monumentos Nacionales no cuenta con financiamiento o fondos concursables que permitan a privados reparar estructuras con valor patrimonial.

Si bien el municipio no tiene los recursos para recuperar estas obras, que indudablemente tienen un valor histórico y patrimonial, más allá de la responsabilidad familiar, es necesario que alguien se haga cargo cuando presenten peligro de derrumbe.

Mientras, existe una preocupación para que los espacios comunes del camposanto estén en perfecto estado y las personas puedan acudir este fin de semana y cumplir con la tradición de recordar a sus familiares fallecidos.