Por el vino se quedó con nombre: La Banda "Del Litro" le debe su apodo a un botellón
Nadie sabe con exactitud cuántos años tiene ni cuándo los cumple, pero eso sí, que desde pequeños han escuchado el nombre de los bronces como "La Banda del Litro", apodo mítico que tiene que ver con la sed de los músicos que pertenecen a la agrupación, pero que tampoco nadie sabe cuándo fue colocado.
César Contreras, actual director de los conocidos músicos, narró que el primer director del conjunto, llamado Patricio Urrea -un señor que él no conoció, pero que sí lo hizo Ernesto Torres, quien le entregó el puesto a Contreras- decía que antes solo eran los músicos de bronces, sin un nombre definido.
"Eran los que estaban en todas las fiestas, bautizos, retretas, etcétera, debido a que era muy difícil que alguien tocara, por lo caro de los instrumentos. Y según el relato que hacía el 'Patito Urrea' el nombre se lo pusieron, porque una vez uno de los iquiqueños que los conocía pasó por un bar que existía en una esquina de la recova que estaba donde ahora está Ripley. Allí los vio con los botellones de litro de vino y les gritó: 'miren todos, esa es la banda del litro, uno para cada uno'. Y así quedó bautizada", expresó Contreras.
Tras ese episodio, cada vez que iban a un encuentro les gritaban "ahí va la Banda del Litro" y siempre le tenían preparadas sus cañitas, para refrescar la garganta.
"¿Y me va a creer usted, que de verdad se seca la garganta de tanto tocar? Bueno, podrían haber tomado agua, pero el vino era más rico, parece", explicó el actual director de la agrupación.
Los años pasaron y la banda seguía tan popular que los invitaban a todos los eventos pampinos, de matrimonios, hasta al boxeo llegaban, puesto que sin la "Banda del Litro", no podía haber una buena celebración. Y de allí surgió otro de los nombres por los que era conocida.
La banda del peso
Según los relatos de Contreras, existen dos historias por las que a la banda que él dirige, también fue apodada "La banda del peso".
Uno de ellos tiene que ver con el costo que debían desembolsar quienes querían escuchar al conjunto en las oficinas salitreras, donde cada comensal entregaba un peso para que se pudiera efectuar el espectáculo, lo que en ese tiempo era mucho dinero.
El otro relato, que es más actual y se remonta a mediados del siglo pasado, tiene que ver con el boxeo.
"Siempre que habían encuentros entre púgiles, la banda iba a tocar para amenizar y alentar las peleas, pero una vez, un empresario de afuera no quiso contratarnos y no fuimos a tocar. La gente al ver que no salía 'La Banda del Litro' comenzó a pifiar y tiró monedas al escenario, como forma de 'hacer una vaquita', como se dice y que nos pudieran pagar para tocar. Y la pelea al final no se pudo hacer", comentó entre risas César Contreras.
El músico narrador, que actualmente tiene 82 años, también explicó que para ser uno de los del "Litro" no era tan fácil.
"Antes se creía que uno debía ser mayor, grande y fuerte para poder tocar una trompeta y los otros instrumentos, ya que era mucho esfuerzo el que se hacía, por lo que no entraba cualquiera", expresó .
Otra de las exigencias era que todo quien llegase y tocase con ellos, al cabo de un tiempo debía saber leer pautas musicales y no tocar de oído, debido a que el trabajo se lo tomaban muy profesional.
"No somos músicos profesionales, porque para eso nos falta mucho, pero sí exigimos que se lean pautas, en especial la de la canción nacional, que es una de las más difíciles para tocar, pero eso es una exigencia", dijo Contreras.
La otra exigencia y la más difícil de cumplir era tener un instrumento propio. Y allí se revela otro de los secretos mejor guardados de la "Banda del Litro".
Secreto
En el tiempo donde la "Banda del Litro" comenzó a tocar, no era fácil obtener bronces en la ciudad.
Quienes sí tenían estos instrumentos eran los pertenecientes a los regimientos que estaban en la región, quienes casualmente, también eran parte de esta agrupación.
"La verdad es que en sus ratos libres ellos iban a tocar con la banda y a los eventos que habían, pero nunca compraron instrumentos, sino que utilizaban los mismos que eran del regimiento", comentó el entrevistado.
Con la llegada de Zona Franca, el tema de los instrumentos se fue expandiendo, ya que llegaban a precios más accesibles para el público y las bandas de bronces comenzaron a proliferar.
"Así muchos tocaban, pero nosotros nos fuimos manteniendo en el tiempo. Ahora somos solo siete, pero que tocamos de todo. Nuestro repertorio tiene el himno de los pampinos, el himno de Yungay, la canción nacional, entre otras tantas que siempre nos piden y esperamos que se siga la tradición de músicos con nosotros", explicó Contreras. J