Los otros delitos
Sin perjuicio de la clasificación jurídico penal de los delitos definidos en diversos cuerpos legales, el consenso académico, ha situado su análisis en los denominados Delitos de Mayor Connotación Social que incluye delitos como los robos con violencia o intimidación, robos por sorpresa, robos de vehículo, robos de accesorios de vehículo, robos en lugar habitado, robos en lugar no habitado, hurtos, lesiones leves, lesiones graves, homicidios y violaciones.
El análisis de estos delitos, radica en su mayor presencia en las tasas de denuncia y victimización observadas en la última década, así como también en los efectos que observan sobre la sensación de inseguridad en la población. Sin embargo, existen análisis que suman otro tipo de delitos, los cuales irrogan un mayor daño patrimonial a la sociedad o la fe pública.
El sociólogo Edwin Sutherland, en su libro "La Criminalidad de Cuello Blanco" publicado en 1940, revela el hecho de que los individuos lejos de nacer delincuentes, o heredar o imitar comportamientos socialmente reprochables, aprenden a ser criminales.
De este modo, llega a la conclusión de que no puede referirse la conducta desviada a disfunciones o inadaptación de los individuos de la "clase baja", sino al aprendizaje efectivo de valores criminales, hecho que podría acontecer en cualquier cultura.
Este análisis enfatiza las consecuencias derivadas del delito de cuello blanco, expresada en el mundo de los negocios bajo la forma de manipulación de informes financieros, en la práctica de sobornos, en la corrupción de funcionarios para conseguir contratos y leyes favorables, los desfalcos y la malversación de fondos, los fraudes fiscales etc. Hoy el debate público en nuestro país, ha estado marcado por la relación que existe entre el mundo de la política, su financiamiento y los grupos económicos.
De ahí la necesidad imperiosa de proteger a las instituciones de los hechos de corrupción.