Estrés y depresión
El estrés en nuestra vida moderna se ha incrementado en los últimos años e incide peligrosamente en nuestro ambiente laboral y familiar. El nivel de exigencia es tan elevado, que estamos constantemente expuestos a estrés, lo que ha traído como consecuencia directa el alarmante aumento de patologías como la depresión, enfermedad que sufren diariamente millones de personas en el mundo.
El estrés lo percibimos en todos los ámbitos de nuestras vidas. Observamos por ejemplo las exigencias del trabajo, que muchas veces sobrepasan la capacidad de nuestro organismo para reaccionar en forma natural frente a los eventos laborales y cotidianos inesperados. Se agrega a ello el miedo constante a ser despedido o quedar sin fuente laboral y a la escasa flexibilidad de los procesos productivos y creativos en el interior de las empresas.
Asimismo el sobreendeudamiento que viven los hogares chilenos y el alto costo de vida se está convirtiendo en un verdadero martirio psicológico , incrementando patologías como la depresión.
Insistimos que el estrés puede ser crónico y terminar en depresión si no es diagnosticado y tratado oportunamente. Sin embargo existen un gran número de personas que tienen que convivir con la presión y las exigencias que les impone la sociedad y no hacen caso a los mensajes de alarma que les envía su cuerpo.
Una de las principales señales de este tipo de afección mental, se manifiesta en agotamiento tanto físico como mental, produciéndose un bajo rendimiento laboral e irritabilidad. Asimismo a los síntomas descritos, se agregan los cambios bruscos del ánimo, sensación de inseguridad, angustia que pueden alterar la vida familiar de quienes las padecen. Además hay una disminución en el apetito sexual.
A raíz de ello se hace necesario aplicar políticas públicas y privadas para crear mayor seguridad y flexibilidad en nuestra sociedad.