Iquique tiene su propio "Muro de los Lamentos"
Iquique tiene su propio "Muro de los Lamentos". Sí, así es porque cada mañana ex trabajadores de las salitreras recuerdan los buenos y malos momentos vividos en la pampa, cuando llegan hasta la banca que los aguarda al costado del Terminal Agropecuario.
Pero no es lo único, pues los abuelitos también son una especie de opinólogos que hablan sobre la evolución de Iquique con el paso de los años.
Uno de los más antiguos que llega a reunirse cada mañana es Lorenzo Ramos que, con sus 80 años de edad, agradece al cielo haber aprendido cuatro profesiones en su estadía en la pampa.
"En la pampa logré aprender a manejar un camión que era de mi hermano; en la segunda oportunidad me metí en la "marco chilena" y aprendí a soldar. Pero más me gustó aprender a colocar bloquetas y ver el tema de la construcción y la carpintería", relató Ramos.
Otro de los temas que relató Ramos en el "Muro de los Lamentos" fue el tiempo de gloria que vivió el deporte, en el cual, según el experimentado trabajador, los pampinos son los mejores del fútbol.
"Nosotros cuando jugábamos siempre ganamos todos los partidos, estar trabajando a todo sol siempre nos daba una resistencia inmensa y ganábamos los partidos".
INICIOS
De acuerdo a lo que comentaron, las reuniones en el "Muro de los Lamentos" eran a pie, es decir, se apoyaban en el cemento que sobresalía de la pared, mientras que otros solo permanecían de pie.
Sin embargo, los abuelitos poseen una banca larga de madera desde hace un año, donde pueden sentarse cómodamente para comentar sobre lo que sucede en el terminal, la ciudad y sus alrededores.
Uno de los más agradecidos con la banca fue Pedro Rodríguez, quien aseveró que sirve mucho para la gente del sector.
"Antes nos colocábamos en el cemento de la pared, igual era incómodo, pero estábamos más jóvenes y aguantábamos la molestia y los dolores. Lamentablemente, los años no pasan en vano y nos fuimos cansando (...) menos mal que a alguien se le ocurrió colocar la banca para sentarnos. Igual no solo la usamos nosotros, también sirve para que la gente descanse cuando lleva las bolsas del terminal".
el comienzo
Hace 10 años que los pampinos acuden al sector, pero pocos conocen la razón del nombre "Muros de los Lamentos".
Para José Rubén Zamorano, más conocido como "Lobo de Mar", la historia del muro es antigua. No obstante, el experimentado trabajador tiene su propia versión del nombre.
"Hace tiempo que se conoce esto como 'Muro de los Lamentos' (...) yo recuerdo que cuando tomábamos veníamos para acá a descansar. Llegábamos con la 'mea caña' y sin plata; siempre reclamábamos que estábamos enfermos, esperando que abrieran por ahí para tomarnos un 'pensativo', por eso le pusieron el "Muro de los Lamentos".
Otro de los que opinó acerca de la creación del nombre fue Rubén Soto, quien corroboró la historia anterior.
"Tiene tantas historias que es difícil saberlo, pero estoy de acuerdo con el 'Lobo de Mar' porque después de cada salida nos reuníamos acá a pasar la 'caña' para que no nos retaran en la casa (...) igual no faltaba el muchacho que venía con penas de amor y se nos unía a nosotros".
Los muchachos de la época llegan a las 8 de la mañana. Y más tarde también, pues diariamente, quince a cuarenta abuelos llegan al sector de la puerta 4 del Terminal Agropecuario.
Algunos no conocen la hora de llegada, pero todos conocen la hora de término, según lo que dijo Orlando "Pericote" Garay.
"Todos los días nos juntamos en el Terminal Agropecuario a conversar de la vida y las historias que tenemos en la salitrera. A veces los muchachos llegan temprano, tipo 8 o 9 de la mañana; los fin de semana esto se llena de viejos. Luego, llegan las 12 o 1 de la tarde, el sol nos quita la sombra y es la hora de irse. Nos vamos a almorzar, algunos nos vamos a comer por aquí mismo en el terminal, los otros se van a sus casas. Pero sabemos que al otro día nos volveremos a ver y hablar de lo que pase", precisó Garay.
Uno de los temas más recurrentes en el "Muro de los Lamentos" son las distintas experiencias vividas en la ex Oficina Salitrera Humberstone, según lo que expresó Orlando Garay.
"Casi todos pertenecemos a la salitrera Humberstone, por eso siempre hablamos de nuestra vida y lo que hacíamos allá. Costó conseguir trabajo cuando cerraron las salitreras, creo que eso lo compartimos todos porque todos llegamos a Iquique por eso, al menos yo estoy muy agradecido de la ciudad por acogerme y darme trabajo", sostuvo "Pericote".
Sin embargo, la gran cantidad de arena que cubría a Iquique en un comienzo llama la atención de los contertulios.
"La ciudad cambió mucho, siempre lo hablamos con los viejos. Desde que llegamos vimos cómo fue mejorando (...) Acá siempre peleamos porque todos dicen que Iquique llegaba hasta la calle Bulnes, pero otros dicen que llegaba hasta la calle Orella y así nos vamos conociendo y hablando. Tenemos muchos años en la ciudad, vimos cómo se fueron construyendo los primeros edificios. Antes todo esto era arena".
La cercanía, sus historias y costumbres dan vida a las tertulias diarias que son protagonizadas por estos personajes de la tercera edad, corroboró José "Challo" Toro.
"Siempre nos preguntan porqué el terminal y es fácil: está todo cerca. Para ir al centro hay que gastar locomoción, no hay otro lado como éste. Muchos vienen en familia y nosotros nos quedamos acá. Es nuestra historia, vienen de todas partes, de la Jorge Inostrosa e incluso de Alto Hospicio a copuchar". J