Iquiqueña con habilidad para escribir con los pies se forma como educadora especial
Dice que no nació como muchos niños, sin embargo, afirma que no se siente diferente a los demás ya que todo lo que se propuso desde pequeña lo logró satisfactoriamente.
Amputación congénita de extremidades superiores fue el diagnóstico que Cynthia Navarro tuvo hace 23 años al nacer en esta ciudad. Desde entonces y conforme fue creciendo, desarrolló de forma innata la habilidad de realizar con los pies labores cotidianas como cepillarse los dientes, peinarse e incluso escribir; algo que el común denominador de la población sólo efectúa con las manos.
Confiesa con naturalidad que no recuerda en qué momento logró que sus pies pasaran a reemplazar funcionalmente a sus manos, aquellas que no pudo tener al nacer pero que pese a ello no la limitaron cuando tuvo que adquirir aprendizajes útiles para enfrentar la vida. Por lo tanto considera que su condición no es una discapacidad sino algo que la diferencia y la impulsa a cumplir sus sueños.
Muestra de ello fue que este año se animó a postular a la carrera técnica de educación especial cuyas clases iniciaron este lunes en la Universidad Santo Tomás.
Con una sonrisa en los labios, Navarro espera la llegada de su docente, mientras tanto sus compañeras de clase pasan por su lado, la saludan y le hacen consultas en torno al curso; esto con suma normalidad, como si entre ellas no existiera alguna diferencia física que les provoque mirarla o tratarla de manera distinta.
'Tenía cierto temor de empezar a estudiar, pero el recibimiento ha sido demasiado bueno, me han dado las herramientas necesarias y mis compañeros se han portado súper bien y eso me ha ayudado a bajar un poco las revoluciones y calmarme', dice la joven iquiqueña.
Una carpeta que le ofrece mayor comodidad es la única distinción que se puede notar al ingresar al aula. En esta se sienta Navarro y cuando la docente inicia la clase y sus compañeras toman en manos los lapiceros para comenzar a anotar, ella lo hace sin mayor complicación llevando su pie izquierdo semi descubierto al pupitre.
Con una flexibilidad, que muy difícilmente otras personas pueden tener, logra mantener su pie sobre la carpeta y sostener con sus dedos el lapicero con el cual comienza a tomar anotaciones al igual que los demás alumnos de clase.
'En realidad todas las cosas las hago con mis pies, para mí mis pies son mis manos. Fue algo innato, nadie me enseño a que debía hacer las cosas con los pies', enfatiza.
Escribir, algo tan importante desde que la persona se inicia en su proceso de formación como estudiante, no le resultó complejo a Navarro quien manifiesta que cuando era niña y ya le tocaba aprender a hacerlo, simplemente lo realizó con los pies.
Relata que, conforme fue creciendo, formó una especie de coraza para que las miradas extrañas y susurros que algunas personas realizaban mientras la veían pasar no le afectaran. Reconoce que en alguna etapa de su vida estas acciones la intimidaron, sin embargo, ahora afirma que estos tipos de comportamientos simplemente no le hacen daño, ya que ella sale en respuesta.
'Siempre está el tema de la discriminación en cualquier lado, pero en lugar de verlo por un lado negativo, lo veo de forma positiva porque eso me ayuda a ser más fuerte y tener, como se dice en Chile, 'cuero de chancho'', comenta.
La joven estudiante subraya que tal actitud la logró gracias a sus padres quienes desde pequeña la trataron como si no tuviera una discapacidad física.
Recuerda que asistió al jardín Arenita y al colegio Samca Arumanti donde no había niños que presentaran alguna particularidad en su físico como ella. Esto -según dice- la impulsó a querer desarrollar las mismas acciones que sus compañeros, aprendiendo así a ocupar sus pies para coger sus cuadernos, escribir, colorear, además de jugar.
Recalca que actualmente una de las acciones que no puede realizar por cuenta propia es bañarse. Para ello recibe ayuda de sus familiares, sin embargo, uno de sus últimos desafíos que alcanzó con éxito fue lograr lavar la losa.
'Acomodé una silla un poquito más alta, la puse cerca al lava platos y me puse a lavar', comenta entre risas al precisar que para efectuar sus labores cotidianas ella se acomoda al ambiente.
Actualmente su más grande reto es estudiar y concluir con éxito la carrera por la cual optó.
Sostiene que hacerlo, además de ser un logro personal, servirá para que los padres de los niños con capacidades diferentes que lleguen al establecimiento donde ella pueda trabajar, se den cuenta que una persona con limitaciones físicas es tan capaz de formarse como profesional como cualquier otra persona.
Navarro sostiene en este punto que muchas veces son los padres quienes ponen los límites a sus hijos cuando estos nacen con alguna discapacidad. Por lo tanto remarca la importancia de que la familia confíe en que ellos son capaces de adaptarse a las circunstancias para alcanzar sus objetivos.
'Lo bonito de esta carrera es que los niños se van a ver reflejados en mí, porque serán niños con alguna dificultad cognitiva o física; les voy a ser más familiar y los va a animar para no ponerse límites. Además ayudará a que los papás no piensen que sus hijos no podrán lograr sus sueños', concluye la joven quien en dos años y medio en que culminará su carrera técnica dirá: nuevo reto cumplido. J