Las liberaron para salvar sus vidas y retornaron
Una de las primeras noticias que circuló tras el terremoto del 1 de abril de 2014 fue la fuga de 300 internas desde el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Iquique. Sin embargo, no se trataba de un escape, sino que de un operativo de emergencia generado desde Gendarmería para evitar las consecuencias de un posible tsunami.
Aquel día, a las 20.45 horas, el pensamiento que se cruzó por la mente de la cruceña Gladys Guevara (27) fue que moriría encerrada en un país ajeno y lejos de sus dos hijos. 'Era algo nuevo para mí, como en Bolivia no hay terremotos, todos estaban desesperados y temerosos', aseveró la mujer que cumple condena por tráfico.
El día antes habían efectuado un simulacro en la cárcel. 'Nos dijeron que si pasaba algo nos iban a abrir la puerta y así pasó. Vino una gendarme con un hacha y rompió el candado y nos dijo- corran, corran'.
Ahí había otro obstáculo, el portón que conectaba con Barros Arana, cuyo candado está por fuera.
Esa noche la teniente Daniela Soto estaba de turno y debió enfrentar la angustia de 327 internos, la mayoría mujeres, entre imputadas, madres con lactantes, embarazadas y ancianas. Al caminar hacia la zona de seguridad, lo que más se repetía eran los ruegos de las internas. 'Me decían, teniente, tenemos que ir donde la familia', recordó.
La mayoría volvió, a excepción de 15 bolivianas que retornaron a su país. Ese no fue el caso de Gladys, que explicó que 'no sabía cómo era Chile, me perdí de mis compañeras y vi a Carabineros y dije, soy de la cárcel'.
Juana Castro (51), una primeriza que se involucró en microtráfico por una ex pareja fue una de las primeras en retornar. Ese día para ella tenía un significado especial. 'Fue bien particular porque el día 2 (de abril) estaba de cumpleaños mi hija…lo único que quería era que pasara luego ese día para poder saludarla, pero nunca fue así porque vino el terremoto', evocó la mujer que trabaja en un salón de belleza en el penal. 'Yo salí siempre con Gendarmería, custodiada...No llegué nunca a mi casa, ganas no me faltaron, pero no supe nunca qué hacer', recordó. J