La falta de especialistas médicos es cada vez más difícil de suplir para los centros de salud de Tarapacá, la calidad del servicio desciende y los usuarios son afectados.

En este escenario todas las áreas se ven perjudicadas, porque existe un desinterés de los profesionales por las ofertas laborales que llegan del sistema público, que hacen que trasladarse a Iquique no sea conveniente para los especialistas.

La mayor parte de ellos se encuentran en la Región Metropolitana, esto porque es el lugar donde se especializan, pero también porque el costo de vida, la calidad de la educación y otros servicios presentan ventajas, lo que hace que la gran mayoría no se arriesgue a llegar a las zonas extremas a trabajar.

Uno de los centros de salud afectados por esta problemática es el Centro Comunitario de Salud Mental Enrique Paris de Alto Hospicio, donde si bien existen plazas disponibles para la contratación de profesionales, los cupos no han podido ser llenados.

Los pacientes deben esperar por las horas, que en cualquier momento pueden ser canceladas, lo que aumenta los reclamos y el nivel de estrés de los funcionarios administrativos, quienes se ven superados por las carencias.

Son tres los Centros de Salud Mental de la región y atienden a 2.850 pacientes, pero cuentan solo con siete psiquiatras para adultos, tres psiquiatras infanto adolescentes, dieciocho psicólogos, quince trabajadores sociales, veinticinco enfermeras, seis terapeutas ocupacionales, nueve técnicos en rehabilitación, un sociólogo y una psicopedagoga.

Una de las soluciones que se intentó y que aún no ha dado los resultados esperados es la captación de especialistas médicos extranjeros, que si bien han sido resistidos por el gremio nacional, permitirían llenar cupos que a los profesionales locales no les interesan.

Si bien son necesarios los exámenes y acreditaciones académicas para estos profesionales, su contratación es una alternativa real, sobre todo cuando los cargos están meses sin llenar e Iquique se transforma en un destino atractivo por el clima y la seguridad que ofrece a los demás países de América.

Qué duda existe que la prevención es de vital importancia para quienes trabajamos en la Zona Franca de Iquique.

Por lo mismo, valoramos los esfuerzos de la Sociedad Administradora de organizar simulacros, mejorar vías de evacuación, implementar sirenas, luminarias y señalizaciones.

Como bien lo expresa el Presidente de Zofri S.A., en su crónica del fin de semana recién pasado, la prevención y la seguridad son responsabilidad de todos, pero debe ser de especial preocupación de quienes tienen las atribuciones para ejercerla.

Cuando se refieren a la preocupación permanente de Zofri S.A. por realizar mejoras en materia de prevención y seguridad en el Recinto Amurallado, Mall Zofri y Centro Logístico, parece que olvidan los graves problemas en infraestructura que aquejan a trabajadores y empresarios, así como a turistas y clientes.

Las dificultades recurrentes en el Recinto Amurallado, ineficiente sistema de ingreso (no ha funcionado eficientemente desde que se instaló), las angostas calles interiores (disminuidas a su mínima expresión por la política inmobiliaria), baños colapsados, etc., no hacen más que agudizar los problemas de operatividad y seguridad del sector. La red seca y húmeda para combatir incendios no ha funcionado como corresponde según bomberos, así como la inexistencia de una cuadrilla de bomberos propia de la Administración que pueda responder con prontitud ante un siniestro, dejan al descubierto nuestra indefensión ante catástrofes de toda índole.

El Mall Zofri corre la misma suerte, quedaron en segundo y tercer plano o derechamente postergados, salidas de escape expeditas, servicios higiénicos colapsados, aire acondicionado deficiente, falta de estacionamientos (que sacamos con seguir construyendo si los clientes no pueden llegar).

Insistir en que valoramos las inversiones realizadas, pero a todas luces insuficientes para un sistema en permanente crecimiento y expansión.