Hay que saber comprar
La principal preocupación de la hinchada celeste está en que formen un buen plantel para el próximo torneo. Los agentes se soban las manos, pero para armar un buen equipo no hay que dejarse llevar por "ofertones" y "tapados".
La principal preocupación de la hinchada celeste está en que formen un buen plantel para el próximo torneo. Los agentes se soban las manos, pero para armar un buen equipo no hay que dejarse llevar por "ofertones" y "tapados".
Una gran noticia fue el año pasado el inicio de las obras de mejoramiento de las aceras en el centro de Iquique, trabajos que permitieron realizar la conservación de aceras del sector, las que actualmente exhiben un gran deterioro y cuyo monto representó una inversión total de $ 993.459.930 financiados a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional.
Más allá de celebrar estas labores, es importante ampliar la mirada y ver que además de estas nuevas aceras en el centro, la ciudad presenta un alto nivel de precariedad en los trazados donde cada día circulan los iquiqueños.
En calle Thompson por ejemplo y varios tramos del paseo Baquedano, el caminar normalmente es tarea peligrosa, por la irregularidad del terreno y los grandes baches que las personas deben sortear.
El mal estado de las ya añosas veredas pasan a ser una agresión para el vecino, que con sus impuestos y aportes merece zonas de mejor calidad.
Fuera del mal estado surge aquí el segundo tema, el del ordenamiento y la estética, pues si se mira con detenimiento los distintos sectores de la ciudad, e incluso las áreas restauradas, las diferencias son enormes y pueden verse cerámicas de color blanco, para cruzar a la calle siguiente y pisar baldosas de color rojo. A poco andar hay adoquines, piedra, cemento y así sucesivamente el panorama cambia.
Estéticamente la ciudad parece desordenada y da cuenta de que no existe un solo criterio o manual de estilo, si se quiere, de cómo debe verse Iquique, basado en la idiosincrasia o características de identidad propias de quienes habitan la zona o de la historia que la forja.
En resumen, sus calles no representan a Iquique y parecen el resultado de los gustos personales o necesidades de quien tuvo que tomar la decisión en el determinado período temporal en que se realizó el proyecto, ya sea de construcción original o de mejoramiento.
Iquique en sus veredas parece una ciudad de retazos, parchada en ciertos tramos, colorida en algunos otros, con un poco de todo y, por momentos, como en calle Thompson y en varios otros ejemplos, con mucho de nada.
Hacia la década de los 80, la mayoría de las generaciones de jóvenes estaban contra la dictadura militar en forma activa o pasiva. En las radios se escuchaban variados grupos chilenos, entre ellos estaba "Aparato Raro" que desde un punto de vista posmoderno criticaba el régimen. En el tema "Calibraciones"(1985), existe una frase: "Sientes de pronto que no hay nada en que creer .Y te cansaste de gritar y va a caer" que hoy suena bastante común, respecto a la actual coyuntura política de la región y del país.
La escena del llamado "Iquiqueleaks" que ha dado que analizar y denunciar, resume la lógica de la política y los pasillos del poder, fieles a las máximas de Aristóteles y de Maquiavello. La clase política civil, no deja de sorprender, aunque para los que estudiamos el área de las ciencias sociales, no sorprende, es un común de la historia.
Gabriel Salazar (1998) en su Historia Contemporánea de Chile, señala que la clase política civil, conservadora y aliada de sectores progresistas que planifican cambios, se seducen a la dinámica de la inercia y la negociación, no es extraño que la política desencante al pueblo, para ello, elige sus representantes y estos crean acuerdos de control algo que se conoce como gobernabilidad y a la vez deciden en conjunto y eso se llama consenso; no hay oposición. Ambas palabras fueron los descriptores históricos de los gobiernos de la Concertación y la Alianza por Chile, por tanto, no existía la voluntad de cambiar las cosas, como se prometió en 1989 a la ciudadanía, sino de mantenerlas en algo que podría llamarse la postdictadura.
La lucha del poder y el cuoteo, han estado desde el siglo XIX en Chile, también el nepotismo. Los espacios de poder, establecen códigos y señales de comunicación, los instrumentos del llamado WhatsApp, no son otra cosa que las conversaciones de tertulias del siglo XIX y XX, hoy llevadas a la rapidez. La división del mundo en buenos y malos, depende de quién mire el escenario. En este caso, sólo queda contemplar el presente y analizar, respecto al pasado, una fuente interesante de ello, son los diarios, donde se pueden ver los actores políticos desde décadas y notar cómo existe el cambio de discurso.