La espera se extendió por más de 72 horas, pero tal como lo había anunciado la Presidenta Michelle Bachelet en un programa de televisión abierta, ayer se materializó el esperado cambio de Gabinete.

Fue un fin de semana complejo para la Mandataria, donde debía conformar su nuevo equipo de ministros y delinear un nuevo ciclo de su gestión, la que hasta ahora cuenta con el más alto porcentaje de desaprobación ciudadana considerando sus dos gobiernos (56%) y una serie de problemas políticos que han salpicado a representantes del oficialismo.

Considerando la crisis que existe en el mundo de la política, es evidente que la Presidenta buscó dar un golpe de timón y alejar la desconfianza ciudadana de su grupo más cercano de colaboradores. En total se materializaron movimientos en nueve carteras: Interior, Secretaría General de Gobierno, Secretaría General de la Presidencia, Hacienda, Defensa, Trabajo y Previsión Social, Desarrollo Social, Justicia y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

De esa forma, el equipo quedó conformado por cuatro nuevos secretarios de Estado y 19 antiguos colaboradores, de los cuales cinco cambiaron de cartera.

Tras los escándalos provocados por los casos Penta, SQM y Caval, es evidente que en la conformación de este - se consideró a aquellos nombres que no presentaran relación con los tan bullados "conflictos de interés", un tema que ha deambulado por los pasillos de La Moneda desde la pasada administración de Sebastián Piñera.

Con el fenómeno de la desconfianza ya instalado surgieron las primeras críticas cuestionando la gestión de algunos de los nuevos ministros.

Ante este escenario, una de las primeras tareas de este equipo es trabajar para que la ciudadanía vuelva a creer en las instituciones, en el gobierno y en un país sin corrupción.

Tal como lo expresó la Presidenta la semana pasada en la televisión, es importante que las autoridades sean certeras a la hora de tomar decisiones, junto a su labor a la cabeza de los ministerios, den señales claras de transparencia y compromiso para revertir el actual descrédito de la clase política.

Así era llamada por sus estudiantes, cuyos uniformes verdes, al principio azul marino, delataban su origen. Esta es la primera escuela de Alto Hospicio, escuela pública municipal, dependiente de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Iquique, su origen se remonta a 1988, estaba ubicada cercana a la carretera, dado que hacia este sector se vislumbraba Alto Hospicio. Es por ello que el Hotel Benilda, se ubicaba al frente, como cercana al servicentro Copec.

En esa época , como hasta 1994, se pensaba que Alto Hospicio crecería hacia el Occidente. Poseía un alto terreno que fue edificado con modernas salas que son afectadas por el terremoto del 2005. El primer director fue el destacado profesor primario y ex seleccionado de Iquique ,Víctor Cavieres, conocido en Iquique, como el "chute Cavieres" por su elegancia.

Sin embargo, su matrícula modesta al principio se nutrió de muchos alumnos, funcionaba incluso con escuela nocturna con profesores la mayoría llegados de Iquique, pero comenzó a sufrir la competencia de los colegios particulares subvencionados de la Corporación Metodista en 1992 y 1996 y otros establecimientos.

El esfuerzo de sus docentes fue manifiesto y también el entusiasmo de sus alumnos que desfilaban primero en los días de homenaje a la Glorias Navales, por ser ésta la primera escuela.

Desde 1999 al 2002, la escuela, ahora colegio, por su incorporación de primeros medios, sufre una situación de angustia al desaparecer varias de sus alumnas, que luego son encontradas fallecidas, esta situación genera un impacto negativo en la comunidad.

Hacia el 2005, el colegio es traspasado a la naciente Municipalidad de Alto Hospicio, la cual en el 2007, cambia su nombre al de Liceo Juan Pablo Segundo.

"La Eleuterio", no ha desaparecido la memoria oral, la guarda activa en jóvenes y nacientes adultos que pasaron por sus aulas y jugaron por sus patios, todo estudiante de "la Eleuterio", tiene el registro de las imágenes del primer Hospicio, aquel de erradicaciones, tomas de terreno y urbanizaciones, estos sucesos son parte de la historia de esfuerzo de la comuna, que no surge por casualidad, sino ligada a hechos económicos y sociales.