Intereses comunes que suman
Es evidente que la industria minera se encuentra ante grandes y nuevos desafíos.
Hemos visto cómo las voces locales y la necesidad de un desarrollo sustentable con valor compartido con las comunidades se han vuelto imperativos para el sector.
Es por eso que el sentido de la responsabilidad social tiene que ir más allá de la entrega de recursos a proyectos que muchas veces son secundarios frente a otras problemáticas en las que sí tenemos que participar, para dar soluciones que trasciendan en el tiempo.
Y para lograrlo no necesitamos iniciativas de gran presupuesto ni esperar proyectos de ley que nos marquen el camino. Las empresas debemos tener la capacidad de entender nuestro entorno e identificar -a través del vínculo con las personas- las oportunidades de trabajo colaborativo que permitan garantizar un desarrollo sustentable.
Un ejemplo silencioso y eficiente se ha desarrollado en Pica, donde la Compañía Minera Collahuasi viene trabajando hace casi una década en el manejo hídrico y recuperación de las cuencas, mientras que en Aramark llevamos más de siete años potenciando el crecimiento independiente de los proveedores locales.
Los resultados han sido asombrosos y ésta, sin ser una iniciativa de impacto nacional ni de grandes costos, no sólo ha permitido a esta localidad sortear las dificultades agrícolas en la zona, sino que también mejorar aún más el rendimiento y la productividad de sus tierras.
Hoy, al contrario a la realidad que viven muchas zonas del norte del país, la Cooperativa de Proveedores de Pica tiene una producción anual que va en aumento y que ya supera las 170 toneladas, la que -de la mano de diferentes capacitaciones que se están llevando a cabo- buscarán aumentar e insertar en diferentes mercados.
El llamado es a trabajar unidos: empresas, comunidades y autoridades, por intereses comunes, permitiendo que nuestro país siga siendo un referente económico, pero de la mano de un desarrollo ejemplar que podamos seguir llevando con respeto y armonía.