Compras en la feria persa
Muchos padres llegaron a la feria persa. El objetivo era el mismo, comprar el gorro y demás indumentaria de marinero para los niños.
Hay distintos modelos pues ofertan tenidas para grumetes e incluso de capitán.
Muchos padres llegaron a la feria persa. El objetivo era el mismo, comprar el gorro y demás indumentaria de marinero para los niños.
Hay distintos modelos pues ofertan tenidas para grumetes e incluso de capitán.
En plenas actividades de conmemoración del Combate Naval de Iquique y el desfilar de los atareados padres por comprar la indumentaria necesaria para que los niños puedan participar de los actos que realizan los distintos establecimientos educacionales de la región, aparece la sombra de la falta de información o conocimiento específico sobre la histórica gesta.
En el reportaje publicado en la edición del pasado domingo 17 de mayo, el tema fue abordado por docentes, niños e incluso por el Premio Nacional de Historia, Sergio González. Para el laureado académico hay dos importantes reflexiones. La primera, dice relación con la importancia de que el currículum sea regionalizado. "No hemos hecho el esfuerzo para prevalecer la historia de cada región, como el Combate Naval en Tarapacá", dice González, quien además agrega que para la gente de Tarapacá, Arturo Prat tiene una imagen que traspasa todo.
Claro está que en la vorágine de contenidos que deben necesariamente abarcar los profesores en las aulas y considerando por ejemplo los resultados del Simce, es más común que antaño que los menores puedan generar un mar de conocimientos pero con menos centímetros de profundidad de lo que -por ejemplo- otorgaban los profesores normalistas a sus queridos alumnos, a los que además de enseñar, también formaban en el ámbito valórico.
En este punto es importante develar si existe en el profesorado la libertad para poder flexibilizar los tiempos que dedican a sus contenidos. De ser así, por ejemplo, en la región el heroico actuar de Arturo Prat y su tripulación podrían ser abordados con mayor tiempo, encontrando por ejemplo en Arica un símil con la historia del Asalto y la Toma de El Morro, o las andanzas de O'Higgins dejando avanzar con mayor tranquilidad el reloj en las escuelas de Rancagua.
Opiniones más u opiniones menos, pero en un mundo cada vez más globalizado, aún es interesante que, tal como los franceses se interesan por Napoleón o la Revolución Francesa, los niños de Chile conozcan a cabalidad su historia y los hechos ocurridos en cada región.
Es importante resguardar el patrimonio local.
La pregunta surge del inmigrante que recién llega y se sorprende que en la región los escolares salgan a la calle a desfilar y la respuesta está en la escena educativa de la región, inserta en un ambiente de diversidad cultural y de inmigración transfronteriza. Estas prácticas, que constituyen dinámicas de culto ritual al Estado, se manifiestan como una tradición en los ciudadanos. Esta situación que no es nueva, dado que se remonta a la llegada de los chilenos a la región de Tarapacá y se manifiesta con los primeros desfiles durante la ocupación chilena (Donoso, 2002), continuando con la chilenización del territorio (Díaz, 2003 y Rivera, 2003; Galdames y Díaz, 2007), generando una práctica sistematizada desde principios del siglo XX, que es intensificada durante la dictadura militar de 1973-1990 y continuado hasta la actualidad.
Entonces, el simbolismo patrio, a través del cuerpo que desfila es el ejercicio de un culto cívico homogéneo, que ha sido permanente en la ciudad de Iquique y en la región de Tarapacá (González, 2002). En el desfile, los escolares simbolizan el rol de hacer soberanía y pertenecer a una tierra conquistada en guerra, que deben venerar y cuidar de los vencidos. Se inculca a los niños que esta tierra, Tarapacá, es chilena y por ella murieron valientes soldados y marinos, entre estos, el héroe máximo de Chile: el capitán Arturo Prat, figura estelar del combate naval de Iquique, quien se transforma en el emblema del sacrificio del guerrero, un chileno ejemplar e inmortal en la historia y la literatura, lo que claramente responde a una intención de mitificarlo bajo la imagen de héroe en una época que lo necesita, y de ícono para el futuro (Rivera, 2008).
La fusión descrita, generó la práctica constante de un nacionalismo que se manifestaba por medio de ritos marciales en los colegios durante la dictadura militar (González, 2003), donde los educadores, padres y apoderados se hicieron actores y reproductores de una práctica nacionalista operada desde el Estado con la función de generar una ciudadanía chilena soberana mediante la escuela y la familia, más esta ha sido quien la ha mantenido hasta ahora y se reproduce, formando pequeños chilenos vestidos de marinería a través del desfile.
Parecía que había bajado el tono de las peleas políticas, pero por internet la cosa sigue. La Copa Davis y el WhatsApp siguen siendo motivo de cruces de palabras por Twitter entre algunas autoridades de la región.