Qué duda cabe sobre el hecho de que la minería es importante para la región de Tarapacá, y por cierto, para nuestro país. Se dice continuamente que uno de cada cuatro pesos que gasta el Estado es aportado por la minería, por lo que se ha transformado en una de las actividades pilares del PIB, con más del 26% del total de los ingresos fiscales.
Es un hecho que la zona norte de nuestro país tiene las más bajas tasas de desempleo del país.
Pero este panorama podría ser mejor. El desarrollo futuro de Chile, y en especial de Tarapacá, está muy ligado al reforzamiento de su industria, la que hoy debiese estar centrada en sus proveedores, no solo de la minería, si no que se unen a este panorama, los proveedores de la industria pesquera y de la logística portuaria.
El desarrollo y aplicación de nuevas técnicas en los distintos procesos productivos podría ayudar -ya lo está haciendo- a incrementar la eficiencia, competitividad, sustentabilidad y también la seguridad de quienes participan en las faenas de extracción de minerales. Esto sobre todo considerando de que al bajar los precios del metal rojo, ha orillado a las empresas a bajar ostensiblemente los costos, sacrificando la gran mayoría de las veces la variable de apoyo de proveedores.
En las empresas mandantes destinan en promedio, el 56% de sus ingresos a cubrir costos de operación.
Si los proveedores realmente toman el guante y ven la oportunidad de innovación y desarrollo tecnológico, pueden generar una disminución de estos gastos en un 20% y, a su vez, aumentar su productividad en al menos un 50%, tras automatizar sus procesos.
Finalmente, otro elemento que determinará el futuro de la industria de proveedores locales, será el desarrollo de los proyectos de expansión, que hoy continúan en incertidumbre. Sin embargo esto es un proceso, también, compartido, dado entre muchos actores, y en donde el Estado y sus poderes deben dar seguridades -garantías- y ser protagonistas. Hay trabajo pendiente considerando la importancia de la minería para la región.