136 años del combate naval de iquique
Cada 21 de mayo, Chile entero revive emocionado la gloriosa jornada de Iquique y de Punta Gruesa que todos conocemos desde la niñez y que ayer conmemoró 136 años. Las muertes de Arturo Prat Chacón, Ignacio Serrano Montaner, Ernesto Riquelme Venegas y su gloriosa tripulación sirvió para unir al país, que tenía que afrontar una guerra contra dos naciones: Perú y Bolivia.
En ese momento Chile tenía una población de dos millones y medio de habitantes que les tocó vivir el largo y cruento periodo de la Guerra del Pacífico.
El poder naval del Perú se sustentaba en dos blindados: el Monitor "Huáscar" y la Fragata blindada "Independencia", más otras unidades menores. El de Chile los blindados: Cochrane y Blanco Encalada, mejores en su diseño, pero que tuvieron un alistamiento insuficiente, por cuanto no contaban con el apoyo logístico necesario. Tenían también otras unidades menores cuyo estado material dejaba mucho que desear. La gesta de Prat en la rada de Iquique, donde Chile pierde una corbeta de escasísimo valor táctico y la acción de Condell en Punta Gruesa, donde el Perú pierde a uno de sus mejores blindados, que constituía la mitad de su fuerza organizada, obligó a la Armada peruana a utilizar una táctica de corso para proteger su litoral. Más tarde ocurrirá la captura del Huáscar, el 8 de octubre de 1879, que cambiará el curso de la guerra. Este hecho fue la llave que permitió alcanzar la posibilidad de utilizar libremente el océano y proyectar nuestro Ejército desde el mar hacia la victoria final, en un ejemplo de accionar conjunto para la época. Por ello el combate de Iquique, como un todo, no sólo constituyó un triunfo moral, sino también un triunfo material y táctico para Chile, con claras repercusiones estratégicas y políticas, ya que a partir de ese hecho, la capacidad del adversario para hacer la guerra en el mar, vital para el curso de las operaciones terrestres, se vería dramáticamente restringida. La guerra es aceptada y pasa a ser popular para los chilenos.