Para nadie es un misterio la congestión vial que afecta a las calles de Iquique. El gran número de vehículos, incentivado por el fácil acceso a través de Zona Franca, hace que muchas veces una familia tenga hasta tres en su casa.

El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) demostró que la cifra de automóviles en la capital regional sigue creciendo y ya llegó a los 75.461. Estos se suman a los 29.164 en Alto Hospicio, que en un gran porcentaje se desplazan todos los días hacia Iquique por razones laborales, de estudio o para obtener servicios.

Si bien la ciudad está al debe en infraestructura vial y no cuenta con una gran oferta de edificios de estacionamientos, lo que impide la competencia de precios, existen otras medidas que se podrían implementar para disminuir la congestión y elevar la calidad de vida de los ciudadanos.

El seremi del Transporte y Telecomunicaciones, Manuel Morales, aseguró a La Estrella que "la restricción vehicular es una de las medidas, la que debe ir acompañada de otras mitigaciones como circuitos de semáforos, calles más anchas que permitan soportar flujos vehiculares mayores en los horarios puntas, un transporte público más eficiente , entre otras".

Justamente una de las medidas que siempre sufre las críticas de los ciudadanos es la de la restricción, sin embargo, es una de las que en el mediano plazo ha ayudado a generar una cultura vial en ciudades más grandes y que se toparon con este problema hace varias décadas.

Pese a que solo funcionó a medias por la baja fiscalización, cuando se implementó por los daños en la ruta que une Iquique y Alto Hospicio, el flujo vehicular tuvo una baja, lo que contribuyó a disminuir las esperas de los conductores en las horas más álgidas.

Por otra parte, la sincronización de los semáforos de la ciudad aportaría a regularizar los flujos, esto sumado a la instalación de señalética que priorice las avenidas con mayor número de carriles.

Es necesario que las autoridades sean capaces de enfrentar el costo político inmediato, por medidas que aporten al desarrollo de Iquique y que aseguren la calidad de vida para los próximos años.

Para quienes habitamos en esta nortina ciudad de Chile, sin duda, no debe existir fecha más significativa que la del 21 de mayo, donde la comunidad entera brinda un sentido homenaje a sus hombres de mar que se personifican principalmente en las figuras de Arturo Prat Chacón y de Carlos Condell de la Haza, verdaderos mártires e íconos de los valores y principios de nuestra Armada nacional.

La batalla librada hace 136 años en la rada de nuestro histórico puerto, ha sido sin duda lo que marca a fuego hasta nuestros días a todos quienes ingresan a ser parte de la Armada de Chile -que en nuestra IV Zona Naval lidera el contralmirante Luis Fernando Sánchez Pérez- y a todo habitante de Iquique, quienes se vuelcan hacia las calles y mar soberano a rendir un homenaje a ese puñado de valientes chilenos, que no dudaron en rendir sus vidas por defender la Patria.

Es por ello que me parece necesario que aprovechando esta instancia, realicemos una reflexión en torno a la actividad marítimo-portuario y en donde nuestra Armada juega un rol importante para que esta actividad se realice.

Esta actividad productiva solo se entiende con la mancomunión, presencia y participación directa de nuestra Armada y los sectores productivos, y es tan inherente la existencia de ambas, que todo flujo comercial, productivo y humano de un puerto debe contar siempre con la visión, experiencia y dedicación de dicha rama castrense. Cuando una institución como ITI apuesta a que nuestra actividad inicie un proceso modernizador de sus funciones, no tenemos la menor duda que éste deberá ir acompañado siempre de un trabajo conjunto.

La gesta heroica de Prat y sus hombres no sólo nos entrega el valor inclaudicable a defender la Patria con la vida, sino también la tremenda responsabilidad de honrar su memoria haciendo de Chile y sus puertos la puerta del desarrollo y crecimiento de todo nuestro país. Sin olvidar los principios de caballerocidad de Grau, que reconoció en Prat el valor y la entrega. Igual cosa nos corresponde hoy frente a las necesidades de países vecinos, en torno a brindar las condiciones para que nuestros puertos sean y puedan ser también las puertas de desarrollo de estos.