Película El Club
Previo al estreno en cines de la controvertida película "El Club", su director ha emitido una serie de declaraciones que, junto a la historia misma, transmiten una visión extremadamente sesgada sobre la Iglesia. Pareciera que Pablo Larraín investigó cualquier cosa, menos la realidad, y quienes trabajamos a diario con los hombres y mujeres de Dios podemos dar fe de aquello.
Los "clubes" de la Iglesia Católica son muy diferentes. Existe uno que todos los inviernos (al igual que el resto del año) acoge bajo sus puertas a los indigentes que en la calle mueren, literalmente, de frío. El sacerdote que lo fundó, en efecto, fue visto como un chiflado para su época.
Hay otro "club" que ampara a niñas víctimas del abuso sexual y de la violencia, les da techo, comida, cariño y las ayuda a terminar sus estudios, rehabilitándolas para la vida. ¡Qué buena locura, la de María Ayuda! Cómo no pensar también en aquellos esmerados "clubes" de catequesis, sacramentos, voluntariados de todo tipo, juventudes, grupos de matrimonios o de pololos, en fin, infinitas instancias de amor que lavan, de manera humilde y discreta, las culpas de otros seres humanos que se han equivocado en el pasado.
Pero lo más grave de la película no radica en su injusticia, sino en la visión que transmite del perdón, de la reconciliación y del Amor de Cristo. Desconocemos las causas que motivaron al director, a los actores o a los miembros de la producción para obrar, pero sí queremos transmitirles que Dios los quiere mucho y que la vocación de cada uno de ellos es muchísimo más trascendente. Como Fundación estaremos rezando por ustedes, así como por esa Iglesia aguerrida, hermosa y militante que entrega la vida por Cristo a diario en el rostro del pobre que sufre.
Henry Boys Loeb,
presidente
Fundación Soñando Chile.