El accidente de la tarde del jueves, donde perdieron la vida 3 personas, entre ellas una mujer embarazada, no deja de ser una alerta frente a la peligrosidad de dicho camino.

Los accidentes son frecuentes y aunque la mayoría no tiene consecuencias fatales, dan cuenta de que existe un problema al cual no se le está poniendo atajo.

En lo que va del año se han producido 90 accidentes de tránsito en la ruta A-16, siete más que a la misma fecha del año pasado y aunque no parezca una cifra significativa es un indicador que muestra que a pesar de los trabajos de mejora, estos no han significado una reducción.

La entrada en vigencia de la ruta concesionada a Humberstone, debiera incidir en una baja en estos eventos, sin embargo, los estándares de calidad que tendrá en el tramo entre Alto Hospicio y la exsalitrera, son muy superiores a los que se aprecian en la bajada a Iquique.

Es necesario generar conciencia entre los conductores para que respeten la señalética de límite de velocidad con el fin de evitar los accidentes. Muchas veces el estrés del día y las ganas de llegar a sus hogares hacen que se aumente la velocidad, pero está comprobado que en tramos cortos como el que une ambas ciudades no son significativos en el caso de aumentar la velocidad, donde no se ahorra más de un par de minutos. ¿Valdrá la pena perder la vida por eso?

Es necesario efectuar campañas que permitan generar conciencia en los conductores de los riesgos de esta ruta, de respetar las velocidades límites y de hacer las adecuadas mantenciones a los vehículos.

La aprobación de la Ley Emilia generó un cambio en las conductas de los chilenos en cuanto al manejo con alcohol, lo que ha reducido los accidentes en cerca de un 30%, sin embargo es necesario ir más allá y poner en marcha medidas extra, como por ejemplo cinturones de seguridad en las micros que transitan entre ambas comunas y campañas que generen conciencia sobre sus riesgos.

Es importante que este accidente que le quitó la vida a tres personas y dejó heridas a otras 15, no se olvide y por el contrario sirva para que las autoridades diseñen los planes necesarios para reducir al máximo los riesgos.

No ha sido fácil la convivencia histórica entre los empresarios de Zofri y la dirigencia de dicha empresa. Para muestra un botón de esta historia de desencuentros: hace 15 o más años un importante grupo de empresarios del sistema, frente a la rigidez de tarifas (no es nada nuevo, el tema) dieron nacimiento nada menos que a un mall en el sector sur de la ciudad, como reacción natural a los primeros avisos de esta empresa, tendientes a incrementar sus cobros en general, aprovechando su posición monopólica. No se pudo competir, con el único lugar de Chile que vende sin IVA y finalmente la gran mayoría de esos emprendedores, terminaron regresando al Mall de Zofri.

Hoy se repite la historia, igual en cuanto a motivos, pero un poco diferente en cuanto a posibles efectos. Una vez más, por política del directorio tendiente a maximizar los ingresos, se suben las tarifas del sistema, creando un malestar notorio entre todos los usuarios; antiguos y nuevos; nacionales y extranjeros, sin distinción. Sin embargo lo preocupante en esta oportunidad es que ya no abarca solo los módulos de venta al detalle, sino también a las ventas por mayor, quizás la más simbólica dentro de la importancia de Zofri, en el contexto internacional, por los volúmenes que representa. La diferencia hoy en día y que reviste mayor riesgo, es que muchos de estos empresarios ya no optarán por instalar otro Mall en la ciudad, como antaño, sino que este capital perfectamente puede emigrar a otros países, otros lugares de Chile o simplemente muchos regresar a su país de origen. Perdemos todos.

Zofri hoy enfrenta problemas de mercado externo (ni pensar en el mercado interno), que requieren una fuerte y decidida participación conjunta del Directorio de Zofrisa y empresarios, de manera que por una vez en la larga historia de desencuentros, podamos crecer mancomunados y sortear el principal desafío del presente: Reencantar a los clientes del sistema.