Cuando se habla de dulce y agraz; lo dulce, se refiere a lo positivo, agradable, ventajoso; y, agraz, sugiere lo negativo, penoso, lamentable. Las últimas semanas han sido de agraz: penosas y, claramente, perjudiciales para todos. Tanto el paro del puerto (antecedido por Aduanas) como la paralización de la zona franca afectan a todos quienes vivimos en la región. Impacta a los directamente involucrados, pero tarde o temprano, afecta incluso a quienes viven en poblados alejados, como General Lagos o Colchane, que verán disminuir los aportes que se hacen a sus comunas.
Llevamos más de un año en conversaciones con las distintas agrupaciones de empresarios, con el fin de atender sus demandas y buscar, en conjunto, posibles soluciones. Debemos recordar que la existencia de Zofri obedece a una política pública del Estado de Chile, para contribuir al desarrollo de una zona del país, creando condiciones que atraigan comerciantes que, a su vez, generen empleos y, finalmente, producto del pago de sus tarifas que constituyen el ingreso de Zofri, ésta pueda distribuir un porcentaje entre todas las comunas del norte. En ese contexto, el gobierno suscribió una serie de medidas en directo beneficio y desarrollo de la región, de la zona franca y de los usuarios.
Finalmente, con el fin de recuperar la paz social; superar la paralización del sistema, y reconociendo que, efectivamente, tanto el país como la región, están afectadas por una menor actividad económica, Zofri acordó con los representantes de los gremios de los usuarios una propuesta de trabajo conjunto que nos lleve a establecer un sistema de tarificado con una fórmula de cálculo que considere las fluctuaciones del ciclo económico de la zona franca de Iquique. Así hemos reafirmado el ánimo de dialogar tal como lo hemos hecho desde siempre.
Comienza entonces un periodo en que las operaciones serán normales y se dará paso a un diálogo que seguramente será fructífero. De ahora en adelante las acciones de fuerza, las amenazas y hasta los insultos -que nunca debieron estar presentes- pasarán a ser un mal recuerdo de actitudes de gente desbordada. Al menos pareciera que nos espera un tiempo dulce y no más de agraz.