Delegación presidencial
Cerca de 15 meses alcanzó a estar Julio Ruiz a cargo de la reconstrucción en Tarapacá, tras el terremoto del 1 de abril de 2014.
La emergencia que dejó más de 21 mil personas damnificadas, ya está en una fase donde busca levantar lo caído y recobrar la normalidad en aquellos que actualmente viven en los denominados Barrios de Emergencia.
La ciudad si bien recobró su normalidad, principalmente por los trabajos que dejaron operativa la ruta que une Iquique y Alto Hospicio, aún hay muchas cosas que se requieren con el fin de que Iquique vuelva a ser el de antes y así proyectarse a futuro.
El puerto de Iquique necesita iniciar a la brevedad las obras que permitan recuperar los sitios 1 y 2, los que podrían recobrar la competitividad perdida, tras los paros.
Asimismo los daños en muros de contención y el deteriorado asfalto en las calles, son como heridas que aún no han sanado; y la incertidumbre respecto al futuro aumenta con los meses.
La delegación presidencial para la reconstrucción si bien no tenía fecha para dejar sus funciones, estaba claro que en algún momento no sería necesaria. El cargo era algo transitorio, al igual que el del resto de los funcionarios que en un inicio llegaron a casi un centenar para luego con el pasar de los meses se redujeron al mínimo.
Ahora la función está en manos de las gobernaciones provinciales en el caso de los campamentos y sectorialmente en el caso de las obras que restan, a su vez el intendente tiene la función de liderar.
En octubre del año pasado la Presidenta Bachelet anunciaba en la región más de $181 mil millones para fondos de la reconstrucción, sin embargo más de 80% de los recursos aún no se gastan y si bien se dan a conocer avances, estos no satisfacen a los vecinos, ya que la mayoría no tiene que ver con obras tangibles.
La eliminación del cargo del delegado debe, además de ser una señal, representar un avance en la reconstrucción, que comiencen las inauguraciones, pero de las obras y no de primeras piedras, lo que se hizo una costumbre en el último tiempo. No queremos que Iquique se transforme en el nuevo Tocopilla.