El mundo andino también está presente en la fiesta
Hace 15 años que las comunidades andinas son parte de una misa solemne en el marco de las actividades de la Virgen de La Tirana.
La ceremonia encabezada por el sacerdote Franklin Luza estuvo llena de símbolos propios del mundo andino, que demuestran la fuerte raíz indígena de esta celebración, que queda de manifiesto en muchos de sus bailes y tradiciones.
Misa
Como muestra de esta unión del cristianismo con la visión del pueblo andino, el sacerdote Franklin Luza, expuso en su homilía, "ahora más que nunca podamos decir como Simeón 'Ahora Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz porque mis ojos han visto a mi Salvador', contemplarlo a la luz de la historia, de las tradiciones y la identidad de nuestros pueblos, para construir juntos la paz junto a la Virgen y la santa Pachamama nos arrulle, y acunándonos nos fortalezca en las esperanzas".
Uno de los elementos centrales de la Eucaristía del Mundo Andino, realizada ayer a las 11 horas en el Santuario fue la cruz; que se adorna con flores, cintas, frutas u hojas de caña.
Alianza
Otro símbolo que llamó la atención de los numerosos asistentes a esta liturgia es que al finalizar la ceremonia, el rector del Santuario de La Tirana, junto a los representantes de todas las comunidades, bajaron del altar encabezados por un arco de flores del altiplano.
Esto para la cosmovisión andina representa una alianza, por lo cual este signo está presente cada vez que una autoridad visita su pueblo con la cual quieren llegar a algún tipo de entendimiento.
El tradicional cáliz con el vino y las hostias estuvo acompañado por un pawa, especie de mantel andino, donde se dispone coca, alcohol, vasos, que son dedicados especialmente a la Pachamama, en un rito que debe ser llevado a cabo por un hombre y una mujer, que representan la dualidad del planeta.
Al concluir la misa, los habitantes de los poblados de Chiapa, Jaña, Laonzana, Sipiza, Chusmiza, de Pica, junto al sacerdote se dirigieron hasta la imagen de la Virgen, para retirarse en procesión.
Concluida la ceremonia os asistentes repartieron papas, betarragas, zanahorias, apio, ajíes entre otros productos que ellos mismos cultivan, como señal de gratitud hacia la madre tierra. J