Chile es el país de la OCDE cuyo presupuesto para salud estatal más ha crecido en los últimos 10 años, sin embargo el descontento que existe con el sistema es creciente y lo avala el número de personas que prefieren el sector privado.

Es así como mientras en 2014 el Fonasa incorporó a 74.500 personas, las aseguradoras privadas acogieron a 102.600, y estiman recibir al 50% de quienes se incorporan al mundo laboral anualmente.

Se debe reconocer que éste es un tema muy sensible para la población y es preocupante que la salud privada sea la primera opción de aquellos que pueden elegir.

Si bien la inversión existe, esto no tiene sus réditos en la evaluación que hacen las personas, sobre todo por la calidad de las prestaciones y por la atención.

La infraestructura, mejor implementación y la mayoría de los profesionales están concentrados en la zona centro-sur del país, donde se ubican los principales recintos especializados de salud.

Asimismo, los médicos especialistas son escasos en regiones extremas como Tarapacá, donde no existe un incentivo para los médicos o estos no se interesan en dejar las comodidades y lo que les ofrece una vida en la capital.

Es fundamental buscar opciones para poder revertir estas señales, solucionando temas históricos, como las listas de espera, las horas con especialistas y las eternas esperas, que en el sistema privado no se encuentran.

Todo ciudadano busca el acceso a una salud de calidad y es por esto que, independiente de las quejas por las alzas en planes de salud que hacen las Isapres, finalmente los usuarios se quedan en esta área porque les ofrece tranquilidad y una atención oportuna.

Pese a lo anterior, en varias oportunidades los centros privados, principalmente en regiones extremas, no cuentan con el equipamiento ni los profesionales para patologías complejas y más bien se dedican a intervenciones de bajo riesgo.

Es necesario que las autoridades apunten a un mejor acceso a la salud, independiente del sistema por el que opten los ciudadanos, que permita regular los precios del sistema privado y mejorar las opciones en el público.

En las recopilaciones orales que realizó el antropólogo social Patricio Arriaza Gajardo, éste señala que los primeros parceleros llegaron durante la década de los '70, quienes fueron erradicados del casco urbano de Iquique, desde los terrenos aledaños del Terminal Agropecuario de Iquique, del sector denominado "Las Quintas". Actualmente en ese sector, existen los conjuntos de departamentos con el mismo nombre. En ese espacio, existían quintas de cultivos de tallo corto (acelgas, lechugas, perejil, otros) destinadas al mercado de Iquique. Durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva inicia las gestiones de traslado de dichos terrenos por razones de salubridad y expansión de la ciudad de Iquique, entregando terrenos compensatorios en Alto Hospicio y un bono compensatorio para el pago de las cuentas de agua potable que dura hasta 1978.

Era de 306 personas, donde la estructura de edad refleja un significativo número de niños de entre 0 y 10 años con más del 25 % de la población total y de población joven que representan el 60 % (entre 11 y 40 años). Esta cifra se relaciona con un Alto Hospicio, que ya empieza a tener en ese año, casas SERVIU en los sectores del caso antiguo en calle Los Cóndores con La Pampa.

Posteriormente a este primer segmento de habitantes erradicados desde Iquique se unen habitantes del norte chico del país y población aymara residente, que hacia esa fecha eran 115 de origen indígena, éstas familias provenían del interior tanto de la precordillera como del altiplano generando un segmento humano más heterogéneo y entrega una variedad en el sistema de cultivos.

Después de 30 años de instalación de las parcelas en Alto Hospicio existe un escenario más heterogéneo en la conformación humana del sector. El primer segmento humano medido en 1992, señala que son las primeras familias iquiqueñas que se trasladas a Alto Hospicio constituyen el 11% de la población, las personas del interior de la Provincia representan un 58 % y las personas provenientes del sur del país un 31 %. Las personas que vienen del sur del país en su mayoría son de la IV región.

Ahora, entre las motivaciones respecto a las razones de venirse a vivir a Alto Hospicio, fueron recogidas en una encuesta efectuada en el año 1992, donde se indican los siguientes motivos: Trabajo con el 61 %; falta de vivienda 15 %; salud el 5 % y otras 6 % (escuela y tranquilidad).