Mejorar el sistema de retiro de desechos domiciliarios es uno de los principales desafíos que Iquique tiene como una comuna que busca modernizarse.

El actual sistema se basa en un retiro casa a casa que se realiza en horario nocturno y donde el camión pasa todos los días, salvo los sábados, lo que lo diferencia de lo que sucede en la mayoría de las ciudades del país, donde el retiro se hace dos o tres días a la semana y los vecinos deben acopiar los desechos en sus casas para sacarlos el día que corresponde.

La adquisición de 495 nuevos contenedores de basura para cuatro barrios de la ciudad que se suman a los 150 del plan piloto implementado con anterioridad y que funcionó de buena forma en la generalidad de los casos, busca ser un aporte en materia de aseo y ornato.

El sistema además ayudaría a reducir los costos de retiro, se evitaría la proliferación de moscas y plagas generadas por la basura expuesta y esparcida principalmente por perros callejeros, entre otros beneficios.

La iniciativa significó una inversión de 3 mil millones de pesos, la cual contempla maquinarias, contenedores y gastos operacionales, entre ellas un camión lavador de carga lateral y otro para eliminar los micro basurales de la ciudad.

Si bien ya se adquirió la implementación y según el municipio a partir de hoy comenzará a operar el nuevo sistema, el verdadero desafío es ver cómo funciona en los barrios. En Antofagasta esta iniciativa que se anunció con bombos y platillos, terminó con un decreto de emergencia sanitaria, luego que no funcionara acorde a la expectativas y finalmente nadie retirara la basura que se comenzó a acumular por varias semanas en los barrios más vulnerables.

El actual sistema de retiro es mucho más eficiente que el implementado en ese entonces en la capital de la Segunda Región y la ciudad geográficamente menos extensa, lo que da pie a que podría funcionar de mejor manera.

Es de esperar que estos cambios se sumen, en el mediano plazo, a una mejora en el proceso final de los desechos y contar con sistema reciclaje y relleno sanitario acorde al siglo XXI.

Las Universidades Regionales, en especial las que habitamos en espacios fronterizos, contamos con una arquitectura y caracterización social, que pese a nuestras diferencias climáticas y geográficas, comparten una serie de similitudes, que reflejan prácticamente como se genera la distribución de los recursos nacionales y el escaso aporte que les otorga el Estado al rol público.

Emplazadas en todos los puntos del país, donde las demás no llegan, debemos nuestro desarrollo científico, docente y de vinculación a lo que la ciudadanía demanda, sometiéndonos posteriormente al control interno y escrutinio que obliga formalmente la utilización de recursos públicos.

Como un patrón propio de lo público, las Universidades Regionales acogemos la diversidad, en su gran mayoría migrantes que llegan en busca de mejores oportunidades, integrantes de pueblos originarios y un alto número de población vulnerable, los que muchas veces, deben abandonar el sueño de seguir, debiendo optar por una opción laboral que resuelva sus dilemas económicos, dejando entre nosotros altos porcentajes de deserción académica.

Pablo Gentili, secretario general de Clacso, apunta quizás indirectamente a esto, precisando que Chile debe en el ámbito educacional, encontrar su propia fórmula, criticando que el Estado no convocó a las universidades estatales para establecer lineamientos claros desde la administración central, "demostrando el abandono de las Ues por parte de la política pública gubernamental".

A esta reflexión, agregaría la baja participación en el proceso de cambios que tenemos las universidades regionales, que desde nuestro surgimiento, hemos debido exitosamente sortear procesos con obstáculos económicos y administrativos, además de las diferencias sociales y culturales de nuestra población, con respecto al centro.

Tarapacá hoy identifica a la Universidad Arturo Prat como activo actor regional, que representa parte de su historia y que permite, pese a las vicisitudes, alcanzar el desarrollo científico y la movilidad social de sus estudiantes.