Según la última encuesta CEP, detalles que repiten varios otros estudios y sondeos, la imagen que los chilenos tenemos del presente y futuro no es el mejor. El informe del Centro de Estudios Públicos da cuenta de un deterioro de las expectativas, probablemente en línea con los menores resultados obtenidos durante el último tiempo.
¿Cuánto influyen la mala imagen de la política, el clima encrispado, las públicas desconfianzas, entre otros factores?
Mucho, sin duda. Ahondando en el tema, damos cuenta que un 46% de los chilenos estima que la situación no es "ni buena ni mala", mientras aquellos que estiman que es derechamente "mala o muy mala" subió de 41% a 42%. Hacia el futuro, la cosa no es mejor. Los que creen que la situación no cambiará subieron a 57% desde 55%, mientras que la perspectiva de que la situación empeorará bajó de 26% a 25%.
Con todo, no dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque. El momento no es el mejor, claro está, pero no perdamos de vista que los desafíos y oportunidades de Chile siguen siendo altos y poco comunes para el actual concierto latinoamericano.
En tal sentido, más allá del detrimento de las cifras económicas, un punto clave es la pérdida de una conversación de futuro, un diálogo constructivo centrado en lo que tenemos que hacer para saltar al desarrollo. Este asunto, o particularidad, es definitivamente uno de los asuntos más relevantes y complejos del Chile de hoy.
Qué conversamos, qué creemos, qué estamos viendo, o qué no somos capaces de observar; dicho de otra forma, qué oportunidades dejamos escapar.
El país y Tarapacá, más que nadie, debe concentrarse en retener y atraer talento, generar instancias de innovación e inteligencia, que creen nuevos productos, mejoren la productividad y promuevan el desarrollo, lo que conseguimos creando. No por nada se acabó la era del salitre y el boom portuario y pese fundado pesimismo de aquella época de ello se pudo salir trabajando.
No perder los focos relevantes pasa por mantener conversaciones inteligentes y propositivas, pensando en el bien común general posible y en esto participamos todos.