En Chile los adultos mayores representan el 15% de la población total del país, es decir, 2.687.637, mientras que la proyección INE-Celade, asegura que para el 2020 esta cifra aumentará a 3.264.841.
Estos datos, más allá de representar la cantidad de adultos mayores que cohabitan en el mismo territorio, abre una serie de debates en relación a su futuro y condiciones de vida.
Es ineludible que existe con ellos una enorme brecha en virtud del monto de sus jubilaciones, en especial cuando las personas de este grupo etario requieren de gastos de salud y medicamentos que les ayuden a vivir en mejores condiciones, también hay otros temas que usualmente quedan en el tintero.
Uno de ellos está en su inclusión en la sociedad y la mejora de su calidad de vida mediante la infraestructura y los espacios de reunión y entretención.
Se conversa habitualmente sobre cómo se les puede ayudar a vivir en momentos de enfermedad, pero poco en cuanto a cómo acompañarles cuando están en buenas condiciones.
Si bien hay un avance considerable en el apoyo en términos de viajes o las conocidas "Vacaciones Tercera Edad", también es relevante poder otorgarles espacios para su diario vivir.
En ese sentido, una de las sentidas peticiones que por años realizan los mayores tarapaqueños está en tener un lugar de reunión para actividades masivas, que les permita interactuar y compartir aficiones.
Si hay centros juveniles, sedes sociales, sedes parlamentarias, para trabajadores y otras tantas agrupaciones que cuentan con lugares aptos para dicho propósito, por qué no se ha generado uno que pueda albergar en conjunto a los mayores.
Si bien ha habido promesas, estas no se concretan, independiente del gobierno de turno. El ejemplo más cercano está en Arica, donde los mayores poseen un recinto acondicionado para ellos en que pueden reunirse personas que comparten similares gustos, intereses, experiencias y problemas. No sería éste un gran regalo para ellos ahora que están en el Mes del Adulto Mayor. Merecimientos tienen.