Ciudadanía
Nada más simple, pero a la vez más costoso que eso. Actualmente el chileno común y en el norte el nortino, sea en Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, Huara, etc, se ve enfrentado a procesos judiciales en contra de parlamentarios por la palabra que corroe, la corrupción y con ello, el poder se reviste de la maldad y con eso el ciudadano común totaliza la realidad y concluye que toda la política es mala, haciendo eco en los llamados "señores políticos" que tanto se vociferaba en la dictadura militar.
Además de eso, la ciudadanía debe debatir entre el poder de la decisión, del poder que es delegado desde abajo y que tiene una contención en la racionalidad del contrato social, que es conocido como institucionalidad democrática, más ante el colapso y la rotura del acuerdo del contrato social, entre los que eligen y el elegido, la sociedad hace que el sistema colapse, se provoque su caída y eso lleva las crisis y con ello, viene el progreso de la historia, si no ocurriera eso, seguiríamos bajo el gobierno de los Borbones.
El consumo, según Gabriel Salazar(2015), es lo que causa el aletargo de la reacción de la ciudadanía, es más según el sociólogo y actual Premio Nacional de Ciencias Sociales, señala la existencia de una ciudadanía de consumo que creó un nuevo tipo que no es ciudadano de poder, sino de consumo a éste lo llama ciudadano credicard que además no se cuestiona el poder, pero sí se cuestiona lo material y el consumo de bienes y servicios.
Ante la crisis instalada que según Salazar, provocará una reacción de ciudadanía en 5 años más, tal como hubo reacciones y flujos de ciudadanía en el 2006 y 2011, es posible avizorar que la impunidad de la clase política empresarial, vista en casos como la colusión de farmacias, los terrenos de Machalí, las boletas falsas, el cuestionamiento de los que tiene el poder, etc , permite que se note un malestar colectivo que puede ser demostrativo ya de una crisis y está claramente dado en el llamado empoderamiento y rebeldía ante la institución, dado que no se cree en éstas. Tarapacá, tiene en los hechos del terremoto del 2005 y 2014, elementos que permiten ver que los flujos de reacción ciudadana están a la vista y además, es una zona que históricamente es de conflicto, no es más fácil y nunca ha sido fácil, aunque ante la llamada gobernabilidad, los de abajo y ya los que consumen asumen la gobernanza.