Corría el año 1990 cuando un 16 de noviembre, catorce empresas crearon el gremio más grande hoy vigente en la Región de Tarapacá: la Asociación de Industriales de Iquique (AII), que hoy ya tiene más de 100 miembros, constituyendo un referente real y representativo, siempre impulsando el desarrollo empresarial de Iquique.

A través de los años la AII ha sabido posicionarse, no sólo a nivel regional, sino también a nivel nacional donde nuestro gremio ya es miembro, con voz y voto de SOFOFA, gracias a la política de inclusión de las regiones impulsada por su actual directiva, lo que nos ha permitido vestirnos con sus ropas y, a su vez, nos ha posibilitado crear una unidad de estudios que medirá la confianza empresarial a nivel regional, cuestión que resulta relevante en estos tiempos.

Hoy estamos como AII en una etapa de consolidación, con diversas iniciativas que nos permiten cumplir nuestra estrategia. La Unidad de Capital Humano, través de su OTEC Indcap, forma anualmente a cerca de 800 personas; la Unidad de Marketing y Comunicaciones realiza la Revista Empres@ctiva, y además, organiza distintos eventos como seminarios y la Expominera del Pacífico, evento que este año atrajo a más de 6.000 visitantes y a más de 200 empresas nacionales y extranjeras, entre otras actividades. Y finalmente, la Unidad de Proyectos y Desarrollo Empresarial, la cual actualmente tiene más de 6 proyectos en ejecución que involucran a más de 600 empresas en forma directa e indirecta, aportando datos claves para el desarrollo regional y fomentando la creación de una industria de proveedores sólida, la cual se está preparando para la ansiada reactivación económica, que esperamos llegue pronto.

Felicidades a los Asociados a la AII en sus bodas de plata y, en general, a los emprendedores regionales, que dan empleo e impulso en el desarrollo de Tarapacá.

Las fiestas navideñas en trabajos y colegios, el amigo secreto, los obsequios, las despedidas y los cambios, sumado a las rendiciones de cuentas y la entrega de informes. Todo contribuye a que diciembre se transforme en uno de los meses más estresantes.

Para la cultura occidental éste es un mes en el que a pesar de contar con fiestas que todos recordamos con alegría, sin embargo, la sobrecarga laboral y el sinnúmero de cosas que se deben realizar, hacen que en ocasiones solo se espere el inicio de las vacaciones.

Si bien diciembre también es sinónimo de compras y endeudamiento, es necesario que este año esto se tome con calma, sobre todo considerando que la situación económica del país no es la mejor y varios alertan de que podría empeorar. La desaceleración ha golpeado fuerte a importantes rubros como el minero, por lo que es mejor un cierre de año algo más austero.

Muchas veces las familias suelen endeudarse y comprar en cuotas con el fin de salvar un momento de aflicción, no obstante en esta ocasión es mejor reducir el presupuesto que se destina a regalos, como también para celebrar el año que viene.

Con todo, es la oportunidad para vivir unas fiestas más enfocadas en la espiritualidad, independiente de las creencias. Enfocarse en los lazos familiares y utilizar los días feriados para compartir con los seres queridos.

Pero diciembre también es un mes para recordar a aquellos que están pasando por momentos más críticos. Dejar por algunos momentos de dramatizar sobre nuestros problemas, para ponerse en el lugar de aquellas personas que la pueden estar pasando mal.

Independiente de los balances que se hagan respecto al 2015, todos esperan que el próximo año sea uno mejor y para esto es necesario tomar los resguardos.

Reducir una época del año tan importante como Navidad o Año Nuevo a un tema netamente económico, termina desvirtuando el real sentido de estas celebraciones, que en definitiva buscan potenciar los lazos de unión, sobre todo al interior de la familia.