Los Chambe, los hospicianos ganadores del departamento que sorteó la Zofri
De la compra de un Iphone 6 a obtener un departamento frente a la playa. La historia de los Chambe será una de esas en que el azar escribió un antes y un después al ser seleccionado un papel ganador de un total de 278 mil cupones.
Yerko Ocaranza. - La Estrella de Iquique
"Anoche me agarró en el baño. Justo me iba a bañar, me iba a meter a la ducha. Veníamos de la playa. Siento el teléfono y veo un número desconocido", así parte la historia de Aldo Chambe, un hospiciano que es padre Sebastián, el joven ganador del sorteo navideño de Zofri que regaló un departamento con vista a Cavancha.
Aldo, un trabajador de Collahuasi, vive en Alto Hospicio junto a sus dos hijos: el afortunado Sebastián de 12 años y Francisca de dos. Aldo explica el contexto de mala fortuna y el azar que vino a coronar su extraordinaria vivencia. El origen de todo estuvo en un teléfono de baja calidad que necesitaba ser cambiado por otro.
A mitad de diciembre y en busca del regalo de Navidad para su mujer, Aldo salió junto a su hijo Sebastián a recorrer el mall Zofri. El pasear por medio de vitrinas hasta llegar a un local Reifschneider fue un episodio que, para los Chambe, fue uno de los tantos que propio de la fecha hicieron el mes pasado. De acuerdo a Aldo, su familia y él tienen como panorama grupal el pasar la tarde en la Zofri. Ese día de diciembre era un día normal, como muchos otros. La compra del nuevo teléfono, un iphone 6, tenía una sola perspectiva: envolverse para abrirlo el 25 de diciembre.
Navidad y Año Nuevo para los Chambe, más allá de los abrazos y de los parabienes de los cercanos, no vinieron a crear nuevas expectativas. Ahora con el departamento del edificio Matiz cerca de la playa que ganó Sebastián, el comienzo de año será el mejor que hayan podido tener.
Todo ello, tras experimentar una mala racha. Sus dos hijos estuvieron enfermos de modo simultáneo en septiembre pasado.
Viviendo un periodo en Alto Hospicio, Aldo veía sólo como un buen deseo la opción de cambiarse de casa y vivir en Iquique. "Siempre estaba la idea de venirnos (a Iquique), pero los precios son demasiado altos para comprarse una vivienda acá. Independiente de donde sea. Así que optar por una vivienda es muy difícil". Sería lo ideal para la familia el traslado a Iquique, "pero cuando miras los precios te desanimabas para estar viviendo toda la vida encalillado". Ahora la discusión de nueva casa no equivale a proyectos a largo plazo, sino que se transforma en un debate de economía familiar ¿cómo hacer mejor uso de un nuevo espacio para vivir?
Aldo ya se nota distendido, pero aún impresionado y ríe del escepticismo con que recibió la noticia el lunes pasado. Lo cuenta con gracia, desde ahora será una de sus anécdotas favoritas, de aquellas que se revivirán en juntas sociales y reuniones con los cercanos. "Pensé que me estaban haciendo el cuento del tío, que me estaban tomando el pelo", así termina un relato que va desde que llegó de la playa, entró al baño, atendió una llamada que no tenía en el registro del teléfono, salió al balcón en toalla y llamó a Sebastián que estaba en su dormitorio para avisarle que era el ganador del concurso de Zofri.
El pasado sorteo de Zona Franca es el segundo en el que se regala un departamento. En la versión anterior, hubo 238 mil cupones concursantes incrementándose el número en 40 mil más.
El inmueble corresponde a un espacio de 40 metros cuadrados, con un dormitorio y un baño.
El Golden boy
Sebastián es menos enfático que su padre. Después de ser felicitado por sus amigos y profesores de la escuela, ya encuentra mecánico el decir lo que le han preguntado en todas partes: ¿Qué se siente ganar un departamento? Se lo toma con calma, es joven para que creer que uno de los 20 cupones del concurso Zofri que llevaban su nombre venga a determinar un largo futuro que recién comienza.
Acompaña a sus padres y a su abuela en el recorrido por Zofri y los medios de prensa, las fotos y los mensajes parecen haberlo abrumado en un día que nunca pensó destinar en relaciones públicas.
Aldo lo mira con complicidad, comprendiendo el esfuerzo que hace para pasear por todos lados. "Siempre ha tenido suerte. En todo, no es como yo", ríe mirando a su hijo.
Por ahora, está en vacaciones. Es reconocido buen alumno, ganó un premio por rendimiento escolar y tiene deseos de ser médico pediatra cuando sea mayor. Por ahora sabe que la suerte jugó a su favor, pues que su cupón saliera de la tómbola entre 278 mil exactamente iguales no es algo que ocurra todos los días.