Sé que no soy el primero en escribirle respecto al siguiente tema, mas quisiera ser el último. Siendo las 4:10 am me acerco a la Oficina de Extranjería acompañando a mi pareja a realizar un trámite y nos encontramos con 134 personas ya esperando para recibir uno de los 100 números de atención que entrega la mentada oficina, algunos en carpa, otros dentro del auto, muchos sobre cartones y unos cuantos tirados en el suelo.

Es inaceptable que en una ciudad que se hace llamar a sí misma "cosmopolita" se les de este trato tan vejatorio a sus inmigrantes, sobre todo considerando que estos no son los "delincuentes mala vida" a quienes los locales suelen temer, muy por el contrario, son gente trabajadora y honesta que esta noche les tocó dormir en la calle para procurar que su situación legal se mantenga en regla.

Tratando de buscarle el lado amable a la situación hay que destacar que la Oficina de Extranjería es probablemente una de las instituciones más democráticas con las que contamos, independiente de la nacionalidad: peruano, boliviano, colombiano, estadounidense, canadiense, español o pakistaní, indistintamente los van a tratar igual de mal.

Como iquiqueño, nacido y criado, me violenta la forma en que estas personas están siendo tratadas. Agradecería que vuestro periódico pudiera darle nuevamente cobertura a esta situación y que de una vez por todas el gobernador deje de pensar en el extranjero como el fulano que le sirve la piña colada en el "all inclusive" y comience a trabajar para entregarles el trato digno que todo ser humano merece. Atentamente,

Claudio Vergara Henríquez.