Prioridad para una ética en los negocios
Hace ya varias semanas, el presidente del grupo Cmpc, Eliodoro Matte, pidió perdón a los empresarios, a la opinión pública, consumidores y colaboradores, por el caso de colusión en el que su empresa se vio envuelta junto a su competidora SCA. "Solo me queda comprometerme a trabajar porque algo así nunca más vuelva a suceder en nuestro compañía", dijo.
El acuerdo de las dos empresas para repartirse el mercado del papel tissue durante más de una década, ha sido un golpe a la ética empresarial y ha recibido un duro reproche de la sociedad. Incluso de la dirigencia empresarial ha condenado estas prácticas.
Lamentablemente, no ha sido el único caso.
Con anterioridad se conocieron en Chile los casos de colusión de las farmacias, de los productores de pollo y de las líneas de buses interprovinciales. Sin embargo, el simple reproche o la petición de perdón no son suficientes para desincentivar estas acciones. Las sanciones que tenemos colocan estas acciones al borde de la impunidad, y es necesario que sean más severas. Hace unos días la Corte Suprema confirmó el fallo que multó con 60 millones de dólares, el monto máximo que permite la ley, a las empresas que formaron el cartel de los pollos. Con anterioridad, la FNE había calculado las ganancias de este ilícito en 1.500 millones de dólares.
Parlamentarios solicitaron agilizar el trámite del proyecto que repone el delito de colusión, derogado en 2003 y contempla penas que van entre los 5 años y 1 día hasta los 10 años de presidio. Además, fijó un aumento de las multas, las que podrán ir desde el 30% de las ventas hasta el doble del beneficio económico obtenido con estas prácticas.
La colusión es difícil de probar, y mientras siga siendo un negocio rentable para las empresas y sus ejecutivos, es probable que siga ocurriendo. Si bien el libre mercado y la libre competencia permiten el desarrollo de la empresa privada y de la capacidad emprendedora de las personas, la autoridad debe estar atenta para sancionar situaciones irregulares, lo que permitirá que la ciudadanía internalice el sistema económico.
"Es difícil de probar, y mientras siga siendo un negocio rentable para las empresas y sus ejecutivos, es probable que siga ocurriendo".