Constructor de los carros de los carnavales cuenta sus secretos
Con el alambre como su material principal, Alberto Lizama, se dedica hace veintiún años a construir estas ornamentaciones para Navidad y distintas fiestas locales. El creador dice que es un hobby que le nace naturalmente.
Veintiún años cumplió construyendo carros alegóricos para la ciudad, en este carnaval, Alberto Lizama Ferreira, que es uno de los creadores más reconocidos de estas ornamentaciones que adornan los pasacalles de carnavales, la Navidad y diversas fiestas.
"Yo comencé en el año 1995, cuando mi hija fue candidata a reina y necesitaba un carro alegórico y una comparsa y yo me decidí a hacerlo. Y cumplí con todos los requisitos", puntualiza. En ese tiempo, según comenta "no sabía soldar, ni hacer un mono. Pero lo hice y salimos bien".
Tras ese día se dedicó a esto como un hobby, pues por mucho tiempo su profesión fue la de enfermero de la Armada. "Ahora estoy jubilado y sigue siendo un hobby para mí. No puedo estar sentado viendo televisión, porque para mí la vida así no tiene ninguna gracia. Lo hago para carnaval, Navidad y para empresas".
Consultado sobre la inspiración para hacer los temas, precisa que uno de ellos es el paisaje que ha visto en sus viajes por el norte y sur del país. "Cuando la gente llega aquí también pregunta si se puede hacer tal o cual. Por ejemplo ahora los "Minions" están de moda y eso es fácil hacerlo. Distinto es en un carro alegórico, como los del carnaval. Ahí uno tiene seis metros para hacer distintas cosas", explica el experto.
Respecto al tiempo que tarda en confeccionarlos, Lizama indicó que eso depende de su estado anímico.
"Todos hemos ido al circo alguna vez, entonces porqué no mostrarlo. Aquí hasta un trapecista puse. En este carro estuve trabajando dos meses más o menos", confirma.
Su proceso creativo
Alberto Lizama comenta que su trabajo consta más bien de dos partes principales. Una es la estructura que se le da con alambre a "los monos". Lo otro es el relleno y el forrar con telas, además de adornar con luces el montaje, si es necesario.
En ese sentido, dijo que él ocupa el fierro más que nada. "Mi trabajo es bajo el sol, y la estructura es la que tiene que parecerse al mono. Si no se parece la raíz, cómo va a parecerse al final. Soy un autodidacta soldando", relata.
Asimismo, señala que si lo que quieren es un símil a un peluche. éste es forrado por esponja y géneros. "El (papel) de diario también lo ocupamos después del fierro, y el diario se pega con engrudo. La esponja con agorex", acota.
Para, Lizama este hobby es algo natural y no cree que sea algo maravilloso, ni especial. Más bien, es algo que le nace y del cual le gusta ser parte, porque es un trabajo que comparte en familia. "Trabajo solo, pero en la parte forraje lo hace una hija y mi señora, a veces. Ellas son las que le dan el toque femenino. A mí me cuesta. Es entretenido, porque se comparte mucho en familia", puntualiza.
Los recordados
Pese a sus veintiún años volviendo real las ideas propias, y de la gente que lo requiere, lo más recordado por él fue el carro que tuvo que hacer del Profesor Salomón y Tutu-Tutu. "No era tan grande. Era como de tres metros y medio y me lo pidieron en Navidad, por eso lo recuerdo. Iba gente a tomarse fotos con él", rememora.
Son tantos los carros que ha armado, que ya no lo recuerda. Incluso, apenas tiene registro fotográfico de ellos. "He hecho muchos y ya no me acuerdo de todos los que he hecho, además que pasa el tiempo y después el carro ya no es nada. Fotos tengo. Dos o tres y eso es todo. Y ya mi memoria está fallando. Estoy tan acostumbrado a entregar monos", sostiene Lizama.
El carnaval
Finalmente comentó que participar en el Carnaval de Iquique, buena parte de su vida, es sólo por gusto, pues no tiene un incentivo monetario más que el disfrutar. Pese a ello, es estricto en las normas que le piden al presentarlo. "El día que pasó el carro, estaba mirando el carnaval por primera vez. Porque yo paso y me devuelvo. Nunca miro. Pero me puse a mirar y había carros que no reunían los requisitos de las bases. Yo no los habría hecho participar, había hasta monos inflables, que no tenían nada que ver", advierte.
Sin embargo, relata que ese día disfrutó de ver el paso de su carro. Pues dentro de su composición del circo, además de tigres, tiene un elefante, flamencos, un "señor Corales" y un trapecista. "Se movía y se movía cada vez que pasaban un lomo de toro y la gente se reía. Me gustó todo eso", dice.