Evelin Aguilar Paniagua
Aunque usualmente la obesidad se relaciona con la adultez, esta enfermedad no discrimina edades por lo que también afecta a los niños. Esto ocurre a tal punto que en el 2013 se reportó que la prevalencia de la obesidad en niños menores de seis años alcanzaba el 10,3 por ciento en el país.
Dicha información difundida por el Ministerio de Salud (Minsal) precisa además que, en dicho año, el 7,8% de los niños tarapaqueños presentaba esta patología que va en aumento.
Para prevenir esto, Camila Uribe, nutricionista y docente de esta especialidad en la Universidad Andrés Bello, explicó que se debe tener especial cuidado desde la gestación. "Si tenemos una embarazada que tuvo diabetes gestacional u obesidad ya tenemos a un niño que nazca con un excesivo incremento de peso. Entonces desde esa instancia ya tenemos la probabilidad de que en algún momento tenga obesidad", remarcó.
La forma de evitar esto recae en tener una alimentación adecuada y saludable. Es así que la especialista recordó que cuando el bebé nace y hasta los seis meses, solo debe ingerir leche materna. En este punto recalcó que si bien esto es lo recomendable no se debe exceder en la cantidad de veces que el niño deba de lactar.
"Un niño que está con alimentación solo con leche materna exclusiva puede ser que también tenga este riesgo porque puede estar consumiendo ocho o nueve veces en el día… Hasta los cuatro meses, idealmente que sea cada tres horas, y después cada cuatro horas", detalló.
Sin embargo, advirtió que la leche en fórmula también puede ocasionar sobrepeso y posteriormente obesidad.
Una vez que el niño cumple los seis meses y se comienza a incorporar alimentos sólidos se debe tener cuidado en la cantidad que se le vaya a dar de comer.
La primera papilla reemplazará a la leche de las 11 o 12 de la mañana la cual debe ser de 150 centímetros cúbicos (cc). "Idealmente deben contener cereal, proteína y cualquier tipo de verdura".
Sin embargo, cuando el menor cumple los ocho meses, se incorpora la segunda papilla que debe darse entre las siete u ocho de la noche.
En este proceso de incorporación de alimentos, la nutricionista recalcó que se debe evitar dar a los niños snacks dulces o salados así como bebidas azucaradas que poseen alto contenido calórico.
El rol de los padres
La nutricionista Camila Uribe indicó que si los padres no cambian sus hábitos alimentarios no podrán hacer que sus niños coman saludable. "Si los papás tienen malos hábitos alimentarios es más alta la probabilidad de que sus hijos sufran de obesidad", subrayó. Para detectar si un niño sufre de sobrepeso u obesidad es necesario acudir a controles médicos ya que en estos se evalúan los indicadores de peso, edad y talla que indican cómo se encuentra el menor.
"Un niño obeso va a ser propenso a que más adelante tenga enfermedades como hipertensión y la diabetes".
Camila Uribe,, nutricionista.