La situación de Nabila no ha dejado indiferente a la ciudadanía. Lamentablemente, ha sido este caso una "ventana de oportunidad" para levantar nuevamente el tema respecto a la protección de los derechos de las mujeres.
Resulta imperioso incluir en la agenda del gobierno actual, una Ley que ampare a las mujeres de nuestro país, no solo bajo la modalidad de la Ley N° 20.066 "Violencia Intrafamiliar", sino que partir de una propia reglamentación para "prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer" en Chile.
¿Es necesario que exista otra Nabila, otra Juliana Aguirre descuartizada por su pareja y arrojada en partes al río Mapocho, u otra Stefanía, a quién le cortaron su mano izquierda a causa de una pelea vecinal? ¿Qué debe suceder para que el Estado actúe respecto a la situación de violencia que viven miles de mujeres a diario?
El Boletín Estadístico del año 2015 de la Fiscalía Nacional de Chile, indica que un 78% (102.517) de las víctimas de violencia intrafamiliar son mujeres. De este porcentaje se registran 5.775 niñas menores de 18 años que sufren violencia intrafamiliar.
No es posible que solo se considere la violencia contra la mujer encamarada en el contexto de "violencia intrafamiliar", porque el debate gira mucho más allá de eso. Hoy en día a las mujeres se les violenta primero por la situación de desigualdad de género, dado por un sistema de relaciones de poder. Por consiguiente, el ser mujer en este país te sitúa en una posición de desventaja, pero a eso, debemos sumar otros aspectos que suman a la condición de vulneración: las mujeres indígenas, ancianas o niñas, con discapacidades, refugiadas, pobres e indigentes, recluidas en instituciones, entre tantos otros casos.
Tenemos derecho de vivir una vida libre y esto precisamente aplica a la libertad para disponer de nuestros cuerpos, los que han sido invisibilizados y negados desde la política que no acepta la idea respecto de legislar por ejemplo, sobre el aborto terapéutico.
Ya no se trata solo de sensibilizar el tema, esta vez no queremos más silencio ni mutilaciones, es hora de alzar la voz y apoderarnos del espacio que nos corresponde en esta sociedad, impulsando jurídicamente una Ley que erradique la violencia contra todas las mujeres.
"es hora de alzar la voz y apoderarnos del espacio que nos corresponde en esta sociedad".
Natalia Bozo Carrillo,, investigadora del, Centro de Estudios Sociales de la Universidad Central