En relación al proyecto de ley que moderniza las disposiciones que aplica Servicio de Aduanas y que contempla modificaciones a las normas que regulan nuestra zona franca, permítame agregar al análisis que desarrollado por la Oficina Municipal Portuaria de la Municipalidad de Iquique, algo que no considera :
El Artículo 2º, en su numeral 10 del proyecto, incorpora en la partida 0033 del arancel aduanero, que permite la importación de un automóvil a los chilenos que retornan al país acreditando una residencia ininterrumpida en el extranjero no inferior a tres años; tres nuevas notas legales. La nota legal Nº 2 señala que el vehículo debe provenir del país de residencia del beneficiario, haber sido adquirido un años antes de su regreso y no podrá ser adquirido en las zonas francas nacionales.
Lo anterior, deroga la normativa vigente que permite que el automóvil pueda adquirirse en la zona franca de Iquique o Punta Arenas. Por razones de operatividad, este tipo de adquisiciones se hace en nuestra zona franca, opción que queda cercenada con este proyecto de ley, quitando a los usuarios dedicados al rubro automotriz toda opción de ventas.
Encontrándose el proyecto en su segundo trámite en el Senado, aprobado el martes 7 del presente mes por la Cámara de Diputados, será analizado en la Comisión de Zonas Extremas pero, teniendo trámite de suma urgencia solicitada por el Gobierno, no queda mucho margen de acción, por lo que no son de completa credibilidad los dichos del presidente de Zofri, quien trata de poner paños fríos al problema, toda vez que representa a un directorio dependiente del Ministerio de Hacienda, donde se ha generado el proyecto de ley, por lo que no tiene las herramientas e independencia para dar fuerza a argumentos contrarios al articulado del controvertido proyecto. Si ello fuese verídico, en el trámite en la Cámara de Diputados, iniciado el 1 de Julio de 2015, se habrían reflejado esas acciones en las modificaciones que el Ejecutivo introdujo antes del 7 del presente mes, tal como lo logró la Cámara Aduanera de Chile con sus observaciones.
Eduardo Ramírez González