Drones en Chile: La carrera recién comienza
Se estima que hay más de mil de estos aparatos de uso civil en el país.
Medios Regionales
Cada vez es más común ver drones en el cielo. Incluso, en eventos como el festejo de la obtención de la Copa América Centenario hubo de estas naves aéreas no tripuladas captando la celebración de los hinchas. También son utilizados por la prensa, la minería, las Fuerzas Armadas. Pero no sólo eso: ya hay chilenos que fabrican estos aparatos...
Drone significa en inglés zumbido y también zángano, que es el nombre que se da a las abejas macho. Probablemente por el ruido que hacen, y quizás también por el aspecto de bichos que pueden tener desde el aire, es que se conoce de esta forma a esta tecnología. En el mercado se estima que hay más de mil drones de uso civil en el país y que estos podrían llegar a 10 mil hacía 2018.
Los drones van desde los Phantom 3, que pesan 1,2 kilos y nuevos pueden costar $600 mil, hasta drones de varios kilos y que cuestan millones.
En abril de 2005, la Dirección General de Aeronáutica Civil (Dgac) presentó la primera normativa latinoamericana para regular quiénes pilotan los drones y dónde estos pueden volar. La bautizaron DAN 151.
Éste es uno de los capítulos más recientes para una tecnología que tuvo sus orígenes en el ámbito militar y que hoy está presente en las tres ramas de las Fuerzas Armadas de Chile. A diferencia, eso sí, de las películas, en que estos aparatos pueden bombardear pueblos y destruir objetivos, en el caso chileno se trata de equipos de observación y reconocimiento.
Mientras en la Armada cuentan con drones de fabricación chilena, impulsados a hélice, llamados Mantarraya; en el Ejército tienen mini drones israelíes y, además, han trabajado para desarrollar prototipos de fabricación nacional.