Bolivia: tensiones y vecindad
La relación entre Chile y Bolivia, no es la mejor en estos tiempos, pese a que las relaciones de los estados son siempre por conveniencia e intereses. Para las ciencias políticas, éstas se expresan desde el realismo y desde el idealismo, en ambos casos, una da paso a la siguiente y ninguna asegura efectividad total.
Para considerar el problema, porque ciertamente lo es para ambos estados, se recurre a las historia y los historiadores. Pero en la historia e historiadores, no hay relatos comunes, salvo el relato histórico del estado y ese , se lleva a La Haya, no en vano, hay historiadores en el equipo chileno.
Los estados de Chile y Bolivia no concuerdan en el presente, porque su pasado es disímil. Ambas posturas se legitiman y llegan a la ciudadanía, pero son los medios de comunicación los que pregonan las posturas y hasta señalan perspectivas.
Sin embargo, la ciudadanía tiene otro canal, que se funda en la convivencia y en la cotidianidad, existente desde el siglo XX en las oficinas salitreras y en el Iquique antiguo donde se recordaba el 6 de agosto de 1825, fecha de la independencia de Bolivia y se incorporaban a las recetas las tradiciones culinarias alto andinas y la misma venta de productos era un flujo constante.
Asimismo, la solidaridad proletaria, orgullo de la militancia nortina de izquierda tuvo su cenit de internacionalismo el 21 de diciembre de 1907, cuando minutos antes de que las fuerzas de ejército y marina de Chile, abrieran fuego contra los obreros pampinos chilenos y sus familias en la escuela Santa María, los obreros bolivianos, peruanos y argentinos se quedaron junto a sus colegas, dado que en ese momento, la patria era la causa colectiva.
Los estados deben responder a la ciudadanía y eso se hace en forma responsable, claro que la historia demuestra lo contrario a cada momento, más la problemática de Chile y Bolivia, se debe resolver, porque los tiempos actuales no acompañan las tensiones, más cuando, somos países ricos en recursos naturales. Hoy, los recursos jurídicos deben dar paso a un escenario paralelo de comunicaciones que acompañe en forma coherente lo que Chile debe decir en la Corte Internacional.
"Los estados deben responder a la ciudadanía y eso se hace en forma responsable".
Patricio Rivera Olguín, historiador UTA"