La falta de educación digital propicia el ciberacoso
El mayor acceso que tienen los niños a Internet y la edad cada vez más temprana a la que lo consiguen dificultan frenar los casos de cyberbullying. Expertos sugieren explicarle a los hijos que lo que se hace online puede tener también repercusiones "offline".
Octubre de 2012 fue un mes negro para las víctimas de cyberbullying o acoso digital. En menos de 30 días se conocieron tres casos extremos en países distintos, entre ellos el de Amanda Todd, una canadiense de 15 años que fue encontrada muerta pocas semanas después de que denunciara públicamente que era víctima de ciberacoso. Ese mismo día causó revuelo el suicidio de un adolescente francés y, poco más tarde, el de una chica estadounidense.
Hoy, cuatro años después, los casos de bullying a través de Internet no parecen ceder, en parte por algo simple: a mayor uso de la web, mayor el riesgo, según explica el académico de la Facultad de Comunicaciones de la U. Católica Daniel Halpern.
Más niños en la red
La última encuesta publicada por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) sobre el uso de Internet mostró que un 66% de los chilenos declara ser usuario frecuente de la web.
Si a ello se agrega el hecho que a las redes sociales acceden cada vez más usuarios de menor edad, el riesgo a sufrir acoso online aumenta.
"Mientras más acceso haya a la tecnología, más problemas existen (...) Y como hoy cada vez son más chicos los usuarios, por supuesto tienen una menor educación digital y una menor noción de peligro. Hoy los papás les dan teléfonos a los niños a muy temprana edad y ellos empiezan a hacerse usuarios de redes muy chicos", sostiene Halpern.
El investigador también apunta a la falta de educación digital y a la existencia de "una cultura de mucha apertura informativa". "Mientras más información uno pone, más interactúa y más expuesto está a las redes sociales, se produce con mayor frecuencia este tipo de situaciones", aseveró.
Por ello, Halpern considera que la clave para evitar este tipo de acoso es la formación. "Hay que educar a los menores sobre el tipo y la sensibilidad de la información que se pone arriba. Es muy fácil acosar a alguien cuando sabe exactamente dónde vive, qué lugares frecuenta, cuando tienes imágenes sensibles o información personal. En ese sentido, una educación digital, donde la persona sea consciente de que la información que pone en la web puede tener consecuencias y que las actividades que hacen online los puede perjudicar 'offline' también, es fundamental", agrega.
Una opinión similar entrega la sicóloga de la Clínica Vespucio Mercy Iriarte, quien ha reportado un aumento de los pacientes que acuden a su consulta por este problema. "Tengo pacientes que vienen mucho por temas de bullying por Internet, niñas cuyos compañeros de colegio les envían mensajes diciéndole 'eres gorda', 'eres fea', y siendo niños, estamos hablando de chicos de 12 o 13 años", detalla.
Iriarte cree que Internet "se presta para mucha falsedad y mentira, para ese doble estándar de mostrar lo que quiere la persona y apoderarse de imágenes de otros para presentarse".
La profesional remarca, sin embargo, que a diferencia del bullying convencional, al ciberacoso es más fácil ponerle freno. "Desde el momento en que alguien te está molestando, tú lo bloqueas y se acabó", dice. Asimismo, asegura que la vigilancia de los padres respecto de lo que hacen sus hijos en la web es fundamental. Un consejo que entrega es tener un solo computador en la casa cuya pantalla esté a la vista de todos.
Excluir también es atacar
El académico Daniel Halpern dice que son las redes sociales el lugar que más propicia el cyberbullying, especialmente sitios del tipo Ask.fm, donde se puede hacer preguntas de forma anónima. Sin embargo, el investigador enfatiza que no solo hacer comentarios hirientes es una forma de acosar; también lo es la exclusión y eso se nota en redes como WhatsApp. "Como hoy día pertenecer a grupos de WhatsApp es una forma de socializar, en el momento en que un grupo de personas excluye a un compañero y no quiere que esté, también es una forma de bullying", señala.