Las historias de quienes luchan por vencer la muerte y salvar vidas
El Samu Tarapacá cumplió ayer 16 años de servicio. Algunos de sus integrantes recordaron sus inicios y cómo ha cambiado su labor con la tecnología.
Primero de enero de 1996. Patricio Berenguela inicia su primer día de trabajo como auxiliar de enfermería en urgencias del hospital de Iquique y un llamado por un acuchillamiento en la población Jorge Inostrosa lo enfrenta de inmediato a al trabajo que desde hace 16 años asume el Sistema de Atención Médica Móvil de Urgencia (Samu).
Sin disponer de la tecnología ni equipamiento con el que actualmente cuentan y con poca experiencia en aquel entonces, Berenguela se dirigió hasta el lugar sin pensar que salvaría una vida y de una forma tan particular.
"El conductor de la ambulancia me dijo 'es más seguro que le metas el dedo (a la herida en el tórax)' y lo hice. Así llegamos al hospital y el cirujano me dijo 'no le puedes sacar el dedo hasta que lo opere', así que tuve que ir con él todo el viaje y llegar hasta arriba (sala de operaciones)", narra el paramédico quien actualmente es supervisor del Samu Tarapacá.
En aquellos años, la labor de quienes salían a las calles a procurar salvar vidas era complicada por una serie de limitaciones que, por ejemplo, los obligaba a tomar a los heridos o enfermos en el estado en que estaban para luego trasladarlos al hospital. En muchos casos estas personas morían en el trayecto, mientras otras, con más suerte, lograban sobrevivir.
"Teníamos que 'correr' y trasladarlos rápido al hospital para que se salvaran, a lo más podíamos controlar una hemorragia. No había toma de presión, ni collar, ni tabla, eran las medidas de soporte básico que existía, primeros auxilios, nada más", precisa.
Evolución
Durante los '90, el trabajo que Berenguela y sus compañeros hacía no solo consistía en atender estos casos, ya que además cumplían labores en urgencias del hospital las cuales eran interrumpidas cuando se suscitaba algún incidente en la ciudad.
Esto comenzó a cambiar a partir del 2000 cuando dicho grupo de trabajo pasó a constituirse como Samu Iquique, todavía dependiente del hospital pero con labores ya exclusivas.
"El 2002 se contratan enfermeros exclusivos para la ambulancia. A este personal les dieron un lugar donde podían permanecer y realizar los trabajos prehospitalarios", detalla.
Contar con profesionales capacitados, ambulancias equipadas y una labor dedicada solo a este fin, permite hoy en día que el Samu "traslade la sala de reanimación y la unidad de cuidados intensivos a la calle".
Y es que hace más de 16 años, un paciente con un infarto era tomado y trasladado en las condiciones que estaba. Ahora, en el lugar donde se encuentre el paciente, se instala un monitor, se realiza un electrocardiograma, se diagnostica el problema, se dan las primeras medidas de soporte, se medica y estabiliza para luego llevarlo al establecimiento de salud.
Momentos difíciles
Sin embargo más allá de la evolución que ha tenido el trabajo que realiza este equipo humano, quienes lo integran deben afrontar día a día lo difícil que es salvar vidas en trágicos accidentes, zonas alejadas o de difícil acceso, además de ver morir a niños y adultos en cruentas circunstancias.
Pero eso no es todo ya que cuando las personas no logran sobrevivir por la violencia de los accidentes o ataques, hay familiares que culpan al personal del Samu "por no llegar a tiempo". "Nos han agredido, incluso nos han encañonado con armas, en las tomas sobretodo, porque nos culpan que llegamos tarde", lamenta.
Quien también tiene mucho por contar es Luis Villalón, que en sus 26 años de servicio como conductor de ambulancia ha enfrentado todo tipo de situaciones, pero es una en especial que lo derrumba emocionalmente.
Le pregunto ¿cuál es la anécdota que a la fecha lo ha marcado?, y en ese momento el hombre de 54 años, que luce fuerte y animoso, se quiebra en llanto.
"Una tragedia grande fue donde falleció un caballero que vendía discos, Campaña era su apellido, fue en julio del 92 ó 93, el camión pasó por encima del taxi. El accidente fue en Pampa Perdiz, el camionero venía en estado etílico y pasó por arriba del auto (...) nosotros nos dimos el trabajo de hasta juntarle su dentadura", recuerda el lamentable hecho ya que conocía a aquel hombre.
Después de narrar este episodio, afirma que no es el único y son muchos recuerdos que se le vienen a la mente. En ese momento prefiere dejar atrás esos tristes momentos y se anima a comparar la ambulancia que hoy conduce con la que manejaba por aquellos años y asegura que esta última "en el fondo era un carro, no venía adaptado como ahora, además, las tablas que usábamos eran de madera, y sufríamos mucho de lumbago".
16 años de trabajo
Hoy son 42 personas quienes trabajan en el Samu Tarapacá, denominación que adquirió el 2015 cuando pasó depender del Servicio de Salud de Iquique y tener la responsabilidad de atender las urgencias en toda la región.
Este equipo cumplió ayer 16 años de servicio desde que se constituyeron como Samu, sin embargo, no hubo tiempo para detenerse y celebrar.
Y es que un día tranquilo de un momento a otro puede cambiar con alguna tragedia que movilice a todas sus unidades.
"Los chiquillos llegan a ver situaciones que a una persona normal lo descolocaría. Pero después de eso cada uno continua y como nos ha pasado en muchas ocasiones, terminamos de una para caer en otra emergencia. El training te dice 'olvida y sigue'", concluye Marisol Noriel, jefa del Samu Tarapacá.
"Nos han agredido, incluso nos han encañonado con armas, sobre todo en las tomas, porque nos culpan que llegamos tarde".
Patricio Berenguela,, supervisor de Samu Tarapaca"
"En muchas ocasiones, terminamos una para caer en otra emergencia. El training te dice 'olvida y sigue'".
Marisol Noriel,, jefa de Samu Tarapacá."