Estamos ya celebrando las Fiesta Patrias. El ambiente de alegría y contento por Chile, su gente y su historia nos embarga a todos. Brotan con fuerza los gritos de ¡Viva Chile!, que todos con orgullo y alegría coreamos. Con todo, quisiera invitarles a que pudiéramos por un momento pensar gritarlo de otra manera: ¡Que Chile Viva!
Un antiguo pastor de la Iglesia, San Ireneo, dejó escrito lo siguiente. "La gloria de Dios es que el hombre viva!, nos enseñó así que a Dios se le glorifica no solo con un culto hermoso, cánticos y alabanzas que surgen del corazón, y que sin duda son expresión genuina de la fe de los creyentes, sino sobre todo trabajando por la vida en plenitud del hombre. Para los que creemos, el trabajar soñando por un mundo donde la dignidad de toda persona sea respetada, donde cada hijo e hija que viene a e este mundo tenga la posibilidad de crecer, de surgir, de desarrollarse, de aportar con su talentos, de poder recibir cariño y atención y cuidados cuando sea necesario, eso es la gloria de Dios. Cuando por el contrario, la vida no es cuidada ni respetada, cuando no se dan todas las posibilidades para vivir y crecer con dignidad, cuando no miramos más allá de nosotros mismos, podemos decir que Dios no está siendo glorificado como Él merece. Desear entonces ¡que Chile Viva!, es comprometerse a querer realizar el sueño de Dios, que ha dejado de manera especial su sello en cada hombre y mujer creados a su imagen y lo cual nos llama a cooperar con el trabajo de cada día en el proyecto de la creación según Él, la ha soñado.
Entonces, ¡Que Chile Viva!, y que esto se note, en el respeto de unos para con otros, en el trabajo realizado con responsabilidad y honradez, en la vida protegida de los no nacidos, en la vida cuidada de los mayores, en la vida entregada de todos quienes son autoridad, en los jóvenes con esperanza, en los pobres que se sienten acogidos y escuchados, en las familias que logran tener su casa, en el enfermo atendido, en el extranjero acogido, en esta tierra respetada, en su historia aprendida, en su futuro cuidado.
Como Obispo les invito a alegrarnos por ser chilenos y a rezar por nuestra Patria. El domingo 18 a las 9.30 en la iglesia catedral celebraremos el Te Deum, este año con la Santa Misa. Recemos para ¡Que Chile Viva! ¡Viva Chile!
"Desear entonces ¡que Chile Viva!, es comprometerse a querer realizar el sueño de Dios".
Guillermo Vera,, obispo Diócesis de Iquique."